Julio Loras Zaera

fortanete

Profesor Francho de Fortanete A la luz de la ciencia. Biología y asuntos humanos

Sincronía ritual (1)

De un confín a otro del planeta, los antropólogos han observado actividades, desde el canto o la danza a movimientos más parciales, realizadas en grupo de forma sincronizada. Y no solo se observa esto en sociedades sencillas, sino también en la nuestra. Así, son ejemplos frecuentes los cánticos y los movimientos estereotipados de los hinchas en los partidos de fútbol.

Al parecer, puede tratarse de una característica universal de nuestra especie. En consecuencia, los primeros que la estudiaron buscaron ventajas adaptativas a esta conducta, no en el sentido de ventajas individuales, sino para los colectivos que las realizan. Por ejemplo, esas prácticas reforzarían la cohesión del colectivo (al parecer, refuerzan los lazos entre sus miembros), la colaboración entre sus miembros y diversos grados de altruismo en su interior. Además, parecen dar fuerza a los grupos, como han intuido los militares con su afición a las marchas y canciones sincronizadas. Diversas observaciones y experimentos parecen confirmar esas ventajas adaptativas. Sin embargo, la atención a las ventajas supuso el olvido de la posibilidad de que esas conductas acarreen costes e incluso que en determinadas condicione sean perjudiciales. Es un problema que aparece en por otra parte buenos estudios evolucionistas: se atiende solo a uno de los varios aspectos de la característica estudiada, descuidando el resto, que puede ser relevante.

Cuatro psicólogos y neurocientíficos norteamericanos tratan el tema en el artículo “La compensación evolutiva cultural de la sincronía ritualista”, (https://doi.org/10.1098/rstb.2019.0432). Empìezan por tratar las presuntas ventajas adaptativa de la sincronía ritual, en lo que no me detendré por ser hoy un lugar común. A continuación, entran en el asunto de las posibles desventajas, que me parece mucho más interesante, en la medida en que pone en cuestión un funcionalismo demasiado autocomplaciente.

Diversos estudios experimentales han revelado que el sincronismo ritual promueve la obediencia, cosa que no se observa en los grupos control. Esta obediencia llega al extremo del cumplimiento de órdenes muy agresivas o altamente inmorales. Si nos abstenemos de consideraciones morales, no parece que esto vaya a suponer desventaja en una competencia fuerte entre grupos, al contrario, excepto en el caso de que las acciones de ese tipo y su frecuencia bloqueen posibles acuerdos cuando se da un equilibrio de fuerzas.

También se ha constatado que el sincronismo promueve la conformidad con las elecciones del colectivo, haciendo que las elecciones de los individuos coincidan con las del grupo independientemente de sus gustos y opiniones. Y que las opiniones de los individuos se ajusten al grupo o no se expresen ni argumenten. Esto sí que puede suponer desventaja, especialmente en situaciones nuevas o que requieran un conocimiento ajustado a la realidad.

Los firmantes del artículo realizaron dos estudios intentando encontrar una relación

entre la sincronía ritual y la creatividad (estudio 1) y la sincronía ritual y las perspectivas de las minorías (estudio 2). En el estudio 1 se formaron varios grupos que marcharon sincrónicamente, emparejados con grupos que realizaban el mismo recorrido con la diferencia de que sus miembros marchaban cada uno a su aire. Se les pidió que cada grupo idease una narración colectivamente y se evaluaron independientemente la complejidad y la innovación de las narraciones. Las de los grupos control puntuaron más en ambos conceptos. Esta inhibición de la creatividad colectiva supone una desventaja cuando se presentan nuevos desafíos o estos son complejos.

En el estudio 2 se formaron 80 grupos. Unos cantaron una melodía de palabras monosílabas de forma que lo hacían sincrónicamente, mientras que los otros cantaban melodías que no se prestaban a la sincronicidad. Se dio a un miembro de cada grupo una información única que el grupo desconocía y que era útil para una tarea. Los miembros de los grupos “sincrónicos”, a diferencia de los controles, tendían bien a no proporcionar al grupo la información única, bien a no argumentar, bien a dar su argumento una sola vez, mientras que los individuos de los controles tendían a compartir la información y a argumentar con cierta insistencia para convencer a sus grupos. Esta inhibición de la disidencia seguramente supone una desventaja en cuanto que reduce las opciones grupales.

A mi entender, respecto a estas conductas, la investigación interesante será la que se centre en las condiciones que promueven tanto las ventajas como los inconvenientes. Es decir, los contextos de esas conductas.

Octubre de 2022

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