SAHLINS vs. HARRIS (2) CULTURAL MATERIALISM
Cultural Materialism es un libro muy diferente del de Sahlins. En primer lugar, no es filosófico, sino metodológico, es decir, no se ocupa de qué sea real o no lo sea, ni de la primacía ontológica de la materia sobre el espíritu o a la inversa. Se ocupa de lo que llama estrategias de investigación, asunciones que guíen el trabajo de los antropólogos a fin de obtener conjuntos de teorías e hipótesis más consistentes y amplias que por lo menos en principio permitan realizar predicciones que las pongan a prueba. Y una cosa que no todos los antropólogos tienen en cuenta: esas teorías deben explicar tanto las similitudes como las diferencias interculturales y deben describir e interpretar tanto la estabilidad como los cambios culturales.
Otra diferencia con Culture and Practical Reason está en su estructura muy sistemática en dos partes, de las cuales la primera argumenta exhaustivamente el carácter científico del materialismo cultural y la segunda expone los defectos que encuentra en las estrategias rivales, tanto idealistas, como materialistas, como eclécticas. De esta segunda parte solo me referiré con algún detalle a su crítica de las estrategias a las que podría adscribirse el simbolismo de Sahlins: el estructuralismo y el cognitivismo.
Finalmente, en cuanto a claridad de exposición, Cultural Materialism supera con mucho a Culture and Practical Reason, tanto por su estructura como por su lenguaje. Tal vez se deba en gran parte al carácter filosófico del segundo, aunque no sea obligatoria la opacidad en filosofía.
Según Harris, la estrategia materialista cultural trabaja con las herramientas del método científico y no busca conocer la realidad última (qué sean el Cuerpo y la Mente o la Materia y el Espíritu y cuál tiene precedencia sobre cuál), sino realidades cognoscibles por ese método de manera reproducible utilizando hipótesis en las que se basen predicciones que se puedan poner a prueba mediante el experimento o la observación controlada. La estrategia de Harris es determinista: cambios en unos aspectos de la cultura conllevan sistemáticamente otros cambios, aunque de una forma probabilística. Asimismo, sus investigaciones tienen en cuenta las perspectivas de los participantes o emic y de los observadores o etic y tanto los aspectos mentales como los conductuales.
Para entender esto, valga un ejemplo. Sabido es que en la India las vacas son sagradas y que los hindúes no pueden comer su carne, ni matarlas, ni provocarles sufrimientos. En el estado de Kerala, Harris observo que había una ratio de machos a hembras fuertemente desequilibrada en favor de estas y que no se podía explicar por causas naturales. Interrogando a muchos agricultores de ese estado, llegó a la conclusión expresada en esta tabla:
Conductual emic: No se deja morir a ningún ternero, macho o hembra |
Conductual etic: Se deja morir de hambre a los terneros machos |
Mental emic: Todos los terneros tienen derecho a la vida, pero los machos son más débiles |
Mental etic: Dejar morir de hambre a los terneros machos cuando escasea el forraje |
Llegó a inferir todo esto relacionando las respuestas de los agricultores, el que en otros distritos y en otros estados también se daba un desequilibrio similar pero a favor de las hembras, y que mientras en Kerala el suelo se podía labrar sin mucho esfuerzo, en esos otros lugares era duro y exigía animales de tiro fuertes, es decir, toros. En consecuencia, en Kerala los toros eran de poca utilidad, sirviendo solo como sementales y no dando ningún provecho comparable al de las vacas.
Para Harris, los antropólogos, si quieren construir teorías de amplio alcance y útiles tanto para entender una cultura en sus aspectos sincrónicos y diacrónicos, como para comparar culturas diferentes atendiendo a sus similitudes y a sus diferencias, tienen que atender a todos esos aspectos (conductual y mental) y perspectivas (emic y etic).
El materialismo de Harris parte de unos pocos a modo de postulados que no son verificables ni refutables, pero que promueven la creación de teorías y sistemas de teorías que si lo son. Los más sencillos afirman que los humanos tenemos unas necesidades biopsicológicas básicas para satisfacer las cuales actuamos y pensamos de forma que el balance de costes y beneficios de los modos de satisfacerlas, en las condiciones dadas, sea favorable a los segundos. Las necesidades que postula son: la alimentación, el vestido, el cobijo, el sexo y el afecto [que comprendería el cariño, el respeto, el reconocimiento y el prestigio. J. L.]. Reconoce que hay más, pero aduce que se trata de respetar el principio de parsimonia: explicar al máximo con el mínimo de asunciones.
Distingue los siguientes aspectos en la cultura: la infraestructura etic, referente a la dinámica de las interacciones reciprocas entre la demografía, la tecnología y la ecología (especialmente los recursos); la estructura etic, que se refiere a la economía política y la economía domestica; la superestructura etic, que podríamos considerar el mundo de las ideas y de las normas que deducen los observadores; y la superestructura emic o el mundo de las ideas de los participantes. Los antropólogos que se adscriben a alguna estrategia idealista solo consideran las superestructuras, especialmente la emic y parcialmente, en cuanto creen que depende de esta, la estructura. Incluso muchos solo tienen en cuenta los aspectos emic, considerando que los etic no son sino proyecciones de la cultura del observador.
Otro presupuesto del materialismo cultural es la determinación por la infraestructura de los otros aspectos culturales. Se trata de una determinación probabilística y viene a decir que es más probable que la dinámica infraestructural promueva las dinámicas de la estructura y de las superestructuras que al contrario. Si las dinámicas estructurales y superestructurales se oponen a la infraestructural, o cambian la estructura y la superestructura o lo más probable será que la cultura se extinga.
Harris hace una exposición bastante detallada de su estrategia, que pese a su interés ahorraré a quien esto lea. Si alguien tiene interés, al final de la serie informaré de dónde se pueden obtener los dos libros, que creo que ya están descatalogados.
En la segunda parte de Cultural Materialism se desgranan los defectos de muchas otras estrategias de investigación, tanto idealistas (como el estructuralismo o el cognitivismo) como materialistas (el materialismo dialectico y la sociobiología). Resumiré sus críticas al estructuralismo y al cognitivismo porque parecen ser las estrategias a que es mas afín o con las que tiene más deudas el simbolismo de Sahlins.
La estrategia estructuralista se centra en la superestructura mental, considerando que hay una mente humana ajena a su variación empírica. Que esta mente abstracta opera con pares de conceptos opuestos (como crudo/cocido, natural/cultural, profano/sagrado, masculino/femenino, etc.) que en cada cultura se manifiestan en los pensamientos, sentimientos y acciones de la gente, rigiéndolos. Esas oposiciones, en última instancia, pueden reducirse a una sola que actúa en cada división, así como en las divisiones de las divisiones en que se producen las clasificaciones. Se basa en la lingüística estructural que estableció Ferdinand de Saussure, con su dicotomía entre lengua y habla. Las estructuras serian el homólogo de la lengua y las clasificaciones y acciones de la gente serian homólogas del habla. Como en la lingüística de Saussure, las estructuras serian el objeto de la ciencia, por su regularidad, mientras que lo demás sería azaroso e impredecible.
Mediante ejemplos tomados de diversos problemas estudiados por los antropólogos, Harris afirma la inanidad de esta estrategia. Y aunque sus palabras son respetuosas no se priva de hacer notar que en todo comportamiento, en toda acción, en todo pensamiento o en toda clasificación, siendo mínimamente ingeniosos, se pueden hallar pares de conceptos opuestos que los “expliquen”.
Sahlins rinde tributo a esta estrategia cuando en su libro expone los ejemplos de los hábitos alimentarios y de la indumentaria de sus paisanos de los años 70.
El cognitivismo lo comenta Harris en el capítulo sobre las estrategias psicologistas. Se basaría en la consideración de que lo que define una cultura es un sistema de normas que prescribe los comportamientos de la gente. Sahlins coincide con esta estrategia cuando concibe la cultura como un sistema de símbolos que confieren significado a todo lo que sucede en la sociedad. Nada dicen unos y otro sobre de dónde proceden esos sistemas, aunque conociendo la admiración de Sahlins por Durkheim, propugnador de una mente colectiva, no resulta aventurado creer que su origen es social, entendiendo social como algo que no depende de los individuos, incluso opuesto a las mentes de estos.
Los antropólogos que intentan ser científicos y no sacar las cosas de sus cabezas (como, por cierto, hizo Lévi-Strauss, el maestro del estructuralismo, más de una vez) constatan que no hay dos individuos en una cultura que interpreten las normas y los símbolos del mismo modo, que las normas se infringen frecuentemente, incluso cuando ya son normas para infringir las normas. Por otra parte, ni el estructuralismo ni el simbolismo han explicado nunca como cambian las culturas, ni las diferencias entre culturas mas allá de considerar datos no explicados sus sistemas simbólicos.
Febrero de 2023