Hasta ahora se sabía que la representación espacial era muy antigua, pero los hallazgos correspondientes a la Edad de Piedra se limitaban a croquis o planos de espacios reducidos, como edificios y poblados, que pueden ser captados sin necesidad de situarse mentalmente sobre ellos a gran distancia. Esta idea ha cambiado con el descubrimiento de planos (no croquis) de grandes estructuras de esa Edad (los más antiguos tienen más de 9.000 años). Se trata de verdaderos planos a escala de las llamadas “cometas del desierto”, estructuras gigantescas que se suponen construidas y utilizadas para llevar los animales a trampas donde poder matarlos en gran número (https://plos.org. 17/5/2023).
Estos planos son imposibles de realizar si se supone que quienes los hicieron no tenían nociones claras de proporcionalidad y semejanza de figuras, salvo que se dispusiera de algún medio para captar tales estructuras a vista de pájaro, cosa que parece harto improbable.
Son grabados en piedra de unos 80 cm de largo por 30 de ancho y 18 de espesor, lo cual significa, si lo comparamos con los cientos de metros, incluso varios kilómetros de las “cometas”, que ya se tenía una buena comprensión de la escala (semejanza y proporcionalidad) y se era capaz de medir longitudes y ángulos con bastante exactitud.
Personalmente, cuando leo artículos de este tipo, me viene al pensamiento la idea de que los humanos de la Edad de Piedra eran mucho menos ignorantes de lo que se suele suponer. En el caso de estos planos incluso pienso que tal vez, como tenemos “de fábrica” las habilidades de contar, sumar o restar, también tenemos una noción innata de la semejanza y de las proporciones directas (he conocido a algunos ancianos, uno de ellos mi abuelo, sin ir más lejos, que tenían esa habilidad sin haber sido nunca escolarizados). Creo que valdría la pena investigar si tenemos esa noción innata y a qué edad madura. Sería muy útil a los maestros, que suelen encontrar bastantes dificultades para enseñar esas nociones, tener conocimiento de esas investigaciones, que podrían proporcionarles una potente herramienta a la hora de hacerlo. Si fuera cierto, se ahorrarían muchos caminos falsos como los que siguen algunos parvulistas para enseñar a contar y los números naturales, caminos que en realidad les desorientan más que les enseñan.
Agosto de 2024