Para acabar, en esta segunda entrega, trataremos el orden Passeriformes, el más reciente y el de mayor éxito: contiene unas cinco mil especies conocidas, agrupadas entre 55 y 80 familias. Para comparar, los órdenes que le siguen en éxito evolutivo son los Apodiformes (vencejos) y los Piciformes (picos), con sólo 3 familias y 427 especies, y 7 familias y 407 especies respectivamente.
Se caracterizan: a) Por tener el pie, con tres dedos delante y uno atrás, adaptado a posarse en una percha (recordemos la cardelina o jilguero en el travesero de una jaula). b) Por el especial desarrollo del órgano de la voz (pensemos en el canto de la cardelina o en las urracas que aprenden a imitar la voz humana). c) Por depender los pollos en todo de los adultos, naciendo implumes (nidófilos). Su inteligencia es, comparada con la de otros pájaros, avanzada. Incluye: a los pájaros más pequeños de Europa, como los paros que van por los huertos; a los más humildes y menos vistosos, como los gorriones; a los más cantadores, como las cardelinas y los ruiseñores; y a los más inteligentes y astutos, como las urracas y los cuervos. Se han adaptado a una gran diversidad de modos de vida, lo que se refleja en sus diferencias de tamaño - que van desde los paros al de los cuervos -, en sus hábitos, y en la forma de sus picos: alargados y delgados en los predominantemente insectívoros, como las currucas; cortos y gruesos en los granívoros, como los verderones; grandes y robustos en los carroñeros, como los cuervos...
Los pájaros comunes en nuestra tierra se agrupan en siete familias:
Los motacílidos
Compuesta por aves pequeñas, esbeltas, con cola un poco larga, que están en constante movimiento corriendo por el suelo. Tiene un representante, la lavandera blanca (Motacilla alba, riolera). Mide 18 cm. Tiene plumas negras en la parte superior de la cabeza, el cogote, la garganta y la parte superior del pecho. La frente, la cara, los lados del cuello y las partes inferiores son blancos. Las alas son negras con una doble franja blanca. Tiene la cola negra con las plumas exteriores blancas. El dorso y el obispillo son grises pálidos. (Esto en época de cría).
En invierno tiene la garganta blanca y el pecho blanco con una media luna negra. Los jóvenes son de color pardo gris por arriba, con la garganta blanca, la banda del pecho oscura y las partes inferiores blanco-grisáceas.
La riolera vive en lugares claros, cerca del agua - de ahí deriva seguramente el nombre local - y en los alrededores de lugares habitados. (En verano se suele ver una todos los días en la calle San Ramón). Se alimenta en el suelo de pequeños insectos o arácnidos, por eso necesita lugares abiertos y estar cerca del agua, donde las pequeñas olas le proporcionan el alimento.
Según la distribución y la abundancia de éste, puede tener el mismo individuo un comportamiento de defensa del territorio, como en la orilla de un arroyo; o compartirlo con otros individuos, como en un hameral.
Su reproducción comienza en abril o a primeros de mayo. Hace un nido de musgo, hojas, ramitas y hierbas, revestido con pelos y plumas, en una cavidad de un cantil, talud, muro o árbol, donde pone entre cuatro y siete huevos grisáceos o azulados pálidos.
Los túrdidos, tordas.
Son pájaros pequeños o medianos, con pico bastante grácil. Comen insectos, gusanos y bayas y otros frutos. La mayoría son migradores. De esta familia tenemos tres especies además de las tordas o zorzales charlos: el rabirroyo, la collalba gris y la collalba rubia.
El colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros, rabirroyo) mide 14 cm. El macho tiene las partes superiores de color negro, de hollín mate; las alas negras con destacadas manchas blancas, el pecho y la cara de color negro puro, de hollín en el vientre y blanco en las plumas de debajo de la cola; la cola es de color rojo de herrumbre. La hembra es de color pardo fuliginoso mate, con la cola igual que el macho. Mueve constantemente la cola.
Es el pájaro más adaptable, no teme a las personas, hasta el punto de que los alemanes lo llaman colirrojo doméstico, y que cría en muchos apartaderos ferroviarios y en muchas ciudades europeas.
Su hábitat son cantiles, muros, crestones rocosos, terrenos quemados, ruinas y baldíos industriales. A la hora de nidificar, sus preferencias son marcadamente montañosas. Para ello construye una taza floja en un saliente o grieta de roca, donde pone de cuatro a seis huevos blancos.
Viene de febrero a abril, con el máximo en marzo. Se va en octubre-noviembre. La collalba gris (Oenanthe oenanthe, ¿rabiblanca?). Mide 14 cm. El macho tiene la región interescapular y el pileo gris pizarra. Una ancha marca negra a través de los ojos se extiende sobre los auriculares. Las alas son negras y la cola blanca con una banda terminal ancha y negra extendida hacia el blanco obispillo en las rectrices centrales, con lo que en vuelo presenta una “T” invertida en la cola. Las partes inferiores son blancas, con un matiz naranja en el pecho. La hembra tiene las partes superiores parduzcas, y alas y antifaz oscuros, no negros.
Generalmente ante pálido por debajo. Obispillo blanco, y cola como el macho. El macho en invierno se parece a la hembra, pero entonces ya no le vemos porque está en África. Habita en lugares claros, pantanos, brezales, herbazales, dunas, tundra y terrenos rocosos, especialmente si presentan apilamientos desde los que atalaya y construye su nido. Pone cinco o seis huevos azules pálidos en una taza construida en un agujero entre rocas o en una madriguera de mamífero. El paso prenupcial o primaveral va desde marzo hasta principios de junio. El postnupcial u otoñal, hacia Africa tropical, en septiembre y la primera quincena de octubre. Es la única collalba que ha colonizado América del Norte desde Europa y Asia, por Alaska y por Groenlandia.
La collalba rubia (Oenanthe hispanica). Muy parecida por su forma a la anterior, mide lo mismo. Tiene dos formas de macho: una de cara y garganta negras (la que predomina aquí) y otra con un antifaz negro y garganta blanca. Sus alas son negras; el cuerpo y las partes inferiores varían de blancuzco a ante naranja intenso, formando llamativos diseños oscuros y claros. La cola es blanca, con las partes centrales y la punta negras. La hembra tiene las partes superiores parduzcas, y alas y antifaz oscuros, no negros.
Habita en terrenos pedregosos, laderas altas, llanos áridos, lechos de río secos, siempre en terrenos secos. Durante la migración se le ve también en campos de cultivo.
Como se puede apreciar, las dos collalbas son muy parecidas y tienen hábitats similares, aunque la segunda prefiera los terrenos secos y la primera los montañosos. En Fortanete, como se dan ambas condiciones a la vez, las podemos ver juntas desde La Rambla y El Reguero hasta los Tarrascones.
Como la otra, la collalba rubia es un insectívoro casi exclusivo, lo que la empuja a emigrar a África al acabar el verano. Pero así como “la gris” va a África tropical, ésta inverna en el Sahel.
También difieren en las fechas de las migraciones. El paso de primavera de la collalba rubia va de finales de marzo a la segunda quincena de mayo; el de otoño, de la primera semana de agosto a la primera quincena de septiembre.
Para nidificar, hace una taza en un agujero o bajo una piedra, a veces en la base de un arbusto. Incuba cuatro o cinco huevos azules pálidos, manchados de pardo rojizo.
Los sílvidos.
Son una familia de pájaros pequeños, de pico grácil, plumaje más bien monótono, pardo, verde o gris, con macho y hembra semejantes salvo el que voy a describir, del género Sylvia, que presenta dimorfismo sexual. Arborícolas y activos, se alimentan de insectos y arácnidos rebuscando entre la vegetación; pero no exclusivamente, también comen bayas y otros frutos.
El sílvido más común en nuestra zona es la curruca capirotada (Sylvia atracapilla, curruca), pájaro que a mí me parece muy elegante. Mide 14 cm. Y es grisácea con un capirote que no pasa del ojo. Las partes superiores son gris pizarra; las inferiores son: gris claro el macho y gris ante pálido la hembra. El capirote del macho es negro y el de la hembra rojizo.
Habita en bosques (prefiere los de coníferas) con matorrales, malezas y huertos. En la selección de su hábitat, tiene en cuenta el grosor de los troncos, la presencia de determinados arbustos como las zarzamoras y los espinos (Crataegus monogyna, majuelo) y la humedad. Es muy insectívoro en la época de cría, mientras que en la invernada se alimenta de frutos de los matorrales. Esto tiene una explicación, que no se limita a la constatación de que en otoño-invierno no hay insectos, puesto que podría comer frutos todo el año. Si no lo hace, se debe a que los insectos, como todos los animales, proporcionan muchas proteínas y de mayor calidad que los frutos para el crecimiento de los pollos.
Nidifica en ambientes arbolados con cierto grado de humedad, prefiriendo, si es posible, que haya zarzamoras. Fabrica una taza muy cuidada en un arbusto bajo, donde deposita cinco huevos blancos, matizados a menudo de ante y manchados de pardo rojizo.
Muchas migran al llegar el invierno, pero la mayoría de las nidificantes son sedentarias, aunque en invierno se desplazan a lugares más bajos. (Se suele ver alguna en las calles cercanas al río).
Los córvidos.
Los más grandes y más inteligentes de los Passeriformes: los cuervos y las urracas. Son pájaros de tamaño mediano o grande, audaces, agresivos y cautos al mismo tiempo. Son muy adaptables, viviendo en una gran variedad de hábitats. Aparte de su inteligencia, su adaptabilidad se debe a que son oportunistas y omnívoros, es decir, que comen de todo. Todos tienen voz áspera.
El primer córvido es la urraca (Pica pica, garza), pájaro de 45 cm. Con una larga cola de 20-25 cm. Inconfundible. Tiene el plumaje abigarrado. La cabeza y el cuerpo son negros, excepto el vientre que es blanco. Las alas son negras con las plumas escapulares y primarias sobre todo blancas. Las alas y la cola tienen un lustre purpúreo.
Su hábitat lo constituyen lugares claros con árboles, setos, malezas, matorrales linderos de bosque ( pero no bosques densos ). Come huevos y polluelos, grano, ratones, ratas e insectos; por lo que puede convertirse en una plaga para la caza y para el agricultor, en ausencia de depredadores. Tiene la curiosa costumbre de llevarse al nido pequeños objetos brillantes y coloreados; lo que le ha dado su fama de ladrona reflejada en los cuentos infantiles.
Construye un gran nido de ramas cupulado y revestido de tierra y raíces, generalmente en un árbol alto. Incuba de cinco a ocho huevos verdosos manchados de pardo y gris. Su época de reproducción es de abril a junio. La mayoría de los pollos salen a finales de mayo o principios de junio. Hay colonias con buena sincronización en la fecha de puesta y en las que los adultos se ayudan mútuamente cuando algún individuo o algún nido es atacado. El nido lo hacen el macho y la hembra y tiene ramitas punzantes para evitar la acción de los depredadores: reptiles, micromamíferos y cuervos.
Acabada la reproducción, los jóvenes realizan movimientos de dispersión en bandadas que pueden reunirse a dormir, por ejemplo, en una chopera. A finales de invierno y principios de primavera, tienen reuniones ceremoniales para encontrar pareja en determinados árboles grandes o en bosquetes.
La chova piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax, graja). Mide 38 cm. Y es negra con lustre azul oscuro, con un largo pico rojo grácil y ligeramente curvado y patas rojas. En el joven, el pico es amarillo naranja y algo más corto.
Su hábitat son cantiles y acantilados, alimentándose en los campos cercanos y en los pastizales de montaña. Es sociable y muy aficionada a realizar vuelos acrobáticos, descendiendo con las alas plegadas y ascendiendo de nuevo formando un amplio arco, e incluso rodando sobre el dorso.
Construye nidos voluminosos de ramas y tallos fuertes, revestidos con pelo, en grietas de roca, salientes de cueva o de cantil. A veces anida en colonias pequeñas. Pone tres o cuatro huevos blancuzcos.
Hace muchos años había una gran cantidad de grajas en el Barranco Zoticos, pero ahora quedan pocas. En el verano de 1999, una bandada tenía El Castillo como dormidero.
La corneja negra (Corvus corone, cuervo). Mide 46 cm. Es negra lustrosa con un pico robusto negro y una larga cola casi cuadrada. El pico y la frente los tiene casi alineados ( por la poca pendiente de ésta ) dándole a la cabeza una forma algo plana.
Habita en lugares claros con algunos árboles, incluidas tierras de labor y prados. En general no se encuentra en bosques densos.
Tiene una fuerte dependencia de los árboles, porque anida en su parte más alta, en unos nidos voluminosos de ramas y barro, revestidos con pelo, donde pone de cuatro a seis huevos verdes o azules fuertemente manchados de pardo oscuro.
Los individuos reproductores son fuertemente territoriales, utilizando siempre la misma zona. Los de primer año, con adultos sin pareja, forman bandadas. El alimento, si pueden, lo buscan dentro de la zona defendida. Comen en el suelo, donde la hierba es poco alta.
El último córvido es el cuervo, (Corvus corax) aquí en Fortanete no se distingue de la corneja, pese a que la distinción es fácil: el cuervo es mucho más grande (63 cm.) y tiene la cola en forma de cuña, acabada en punta, no cuadrada. Y si hilamos más fino, el cuervo verdadero no tiene la frente alineada con el pico y tiene en la garganta unas plumas laxas que le dan un aspecto belludo. Es un ave claramente de montaña que habita lugares rocosos, aunque también puede encontrarse en zonas muy arboladas.
Omnívoro, carroñero, el cuervo ataca a los animales enfermos o incapacitados, comiendo pequeños roedores, huevos y - a veces - pájaros. Como la corneja, es un ave territorial con gran fidelidad a su área de cría. Realiza bellos vuelos acrobáticos, especialmente en primavera, durante la parada nupcial.
En abril construye, en el saliente de un acantilado o en un árbol, un nido grande de ramas revestidas con hierba, musgo y pelos, donde pone de cuatro a seis huevos verdes azules claros manchados de pardo oscuro. Los pollos salen del nido a las seis semanas, y son cuidados por los padres hasta los cinco o seis meses. Con otros jóvenes forman bandadas que divagan por todo de cultivos y zonas abiertas.
Los estúrnidos.
Esta familia de pájaros hace veinticinco años no tenía ningún representante en estas tierras. Los estorninos son pájaros pequeños o medianos, rechonchos, de pico bastante largo y recto y cola generalmente corta. Ruidosos y activos, son gregarios fuera de la época de cría. Anidan en agujeros y son omnívoros. Su representante – que no teníamos y ahora tenemos – es el estornino negro (Sturnus unicolor). Mide 21,5 cm. y su plumaje de cría es negro, con algo de iridiscencia purpúrea. La hembra es ligeramente más mate que el macho. En invierno, están algo manchados de blanco. El joven es pardo gris, sin manchas. Tienen el pico amarillo y son excelentes imitadores de otros pájaros.
Es un pájaro antropófilo, cuyos hábitats son las tierras de labor y otros hábitats artificiales. Anida en edificios, prefiriendo los altos y aislados, como las torres de las iglesias. En invierno se le ve en bandadas sobre los campos cultivados. Buena parte de su alimentación se la suelen proporcionar los humanos, en forma de cultivos y pienso de las granjas; pero también comen, en primavera y verano, insectos y otros animalicos.
Anida en colonias, construyendo un nido desaliñado de materia vegetal revestido con plumas y pelos en un agujero de un tejado. Pone cuatro huevos azules pálidos. La primera puesta tiene lugar en la primera quincena de abril y los jóvenes abandonan el nido a finales de mayo. La máxima de segundas puestas es a finales de mayo y principios de junio, estando crecidos los pollos a finales de junio o principios de julio.
Un trabajo científico (1), publicado en diciembre de 1998, muestra que el estornino negro, especie en la que colaboran el macho y la hembra en el cuidado de la prole, presenta una conducta de escolta de la pareja durante el período fértil. En la hembra esta conducta se manifiesta en seguir al macho y hacerle solicitaciones de cópula, y en el macho en el seguimiento aún más persistente de su media naranja. Los autores muestran que esta conducta, que podría atribuirse a la necesidad de crear un fuerte vínculo entre los miembros de la pareja que asegura la colaboración, no se debe fundamentalmente a eso, por lo menos por parte del macho; ya que en primer lugar se limita al período fértil de la hembra ( desde cuatro días antes hasta un día después de la puesta del primer huevo ) y, en segundo lugar, el macho no sólo sigue a la hembra, sino que además ahuyenta a otros machos, y la hembra, de cuando en cuando, escapa de la vigilancia del macho y copula con otros. De lo que los autores deducen que con la conducta de escolta el macho se asegura de que los polluelos llevarán sus genes y de que no invertirá sus esfuerzos en la cría de descendientes de otros machos que no los llevan.
El estornino negro que hace dos o tres décadas no se conocía en nuestra tierra era un pájaro de extracción sureña. Fue a finales de los 70 cuando se estableció en nuestro pueblo la colonia que todos los atardeceres de verano se recoge en la torre de la iglesia, con sus pequeños graznidos y sus modulados silbidos.
Los passéridos.
A esta familia pertenecen los gorriones. Todo el mundo los conoce. Son pájaros pequeños, de pico recio y plumaje gris o pardo, que se alimentan en el suelo, sobre todo de semillas. Dejando aparte el gorrión común (Passer domesticus), el más común es el gorrión chillón (Petronia petronia), chillandra. Como el gorrión, la chillandra midea 14 cm. y se parece a la hembra del gorrión común, aunque algo más pálido y tiene una lista pileal en lo alto de la cabeza y otra superciliar pálidas, con una franja a los lados del pileo y una mancha en la mejilla pardas. Las partes superiores las tiene pardo claras con franjas más oscuras. En la punta de la cola tiene unas manchas blancas muy visibles en vuelo. Por debajo es blanco sucio con moteado y listado difusos. En el pecho tiene una mancha amarilla que sólo se ve con el plumaje nuevo y a poca distancia. El joven más pálido, sin la mancha del pecho. Habita en laderas rocosas, pedregales, edificios en ruinas, pueblos... Pone cinco o seis huevos blancos o blanco verdosos, en nidos cupulados de tallos y raíces revestidos con plumas, en el agujero de una roca, árbol muro o edificio. A menudo anida en colonias. En invierno migra a zonas más bajas, como los pastores.
Los fríngidos
Acabamos la serie con estos pájaros arbóreos, de tamaño pequeño o mediano, que se alimentan principalmente de semillas y frutos secos, teniendo por lo tanto y en general, un pico recio y cónico. A diferencia de los Passéridos, a los que se parecen, tienen a menudo el plumaje vivo, en especial los machos, siendo siempre los sexos diferentes. Veremos a continuación: el verderón y el pardillo.
El verderón común (Carduelis chloris, verderol). Mide 14 cm., es rechoncho, de cola corta y cabeza grande, con pico pálido y patas rosadas. El macho es verde oliva, con obispillo verde amarillo y grandes manchas amarillas bien definidas en las primarias y en la base de la cola. La hembra es más pálida, con menos amarillo. El joven es aún más pardo, listado por arriba y por debajo, con el obispillo pardo.
Habita en linderos de bosque y tierras de labor con matorrales en las orillas. En invierno, en lugares claros cerca de la costa. Es un ave delecotono (frontera) campo-bosque, que se ha visto favorecida por los humanos, que hemos extendido esa frontera al roturar los bosques.
Tiene un período de nidificación muy largo: de mitad de marzo a finales de agosto, incluso septiembre. Construye un nido de ramitas y musgo revestido con raíces y pelo o plumas, en un seto o arbusto no muy alto. Suele criar en colonias de tres a seis parejas. Sus movimientos estacionales no se conocen bien.
Es un pájaro corriente, aunque no abundante, que se suele ver bebiendo y bañándose en la balsa de Valdetomé.
El pardillo común (Carduelis cannabina, pardillo). Mide 13 cm. El macho, en época de cría, tiene la cabeza gris, la frente y el pecho rojos, la garganta blancuzca con listas oscuras, el dorso castaño y los bordes de las primarias y de la cola blancos. En invierno tiene el pecho rosa parduzco y las partes inferiores, ante con listas más oscuras. La hembra es parda, más mate, más listada y siempre sin rojo. El joven es similar a la hembra, pero con listas más densas.
Su hábitat son matorrales y arbustos bajos, linderos de bosque, jardines, huertos. En invierno campos con malas hierbas, campo abierto accidentado y herbazales. Su período reproductivo empieza en febrero, con el establecimiento en el territorio ocupado el año anterior. Hace el nido principalmente en abril, de hierbas, musgos y tallos, revestido con pelo y situado en un arbusto. Se alimenta especialmente de semillas de malas hierbas y en invierno forma grandes bandadas. Parece que en invierno va a zonas más bajas.
Es común y abundante; así en la balsa de Valdetomé citada anteriormente, por cada verderol pueden verse decenas de pardillos.