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La gestualidad de los grandes simios

Está avanzando entre quienes estudian el lenguaje la hipótesis de que el lenguaje gestual fue su andamiaje evolutivo. Un artículo de investigación aparecido en Proceedings of the Royal Society B el 9/3/2022, cuyo primer firmante es Nicholas Fay, intenta convencer de esta hipótesis con un par de experimentos. En uno se pidió a dos conjuntos de personas, de Australia (cultura occidental) y de Vanuatu (cultura no occidental) que emitieran gestos, en unos casos, y vocalizaciones, en otros, para los significados de una lista de palabras que tenían que descubrir un conjunto de sujetos australianos. En el segundo experimento, quienes debían emitir los gestos significativos eran un grupo de personas videntes y otro de personas ciegas. En ambos experimentos los “intérpretes” tuvieron una buena cantidad de aciertos, superior a lo esperable por azar en el caso de los gestos y poco superior en el caso de las vocalizaciones.

Los autores, en la discusión, concluyen que la comunicación gestual es más eficaz y más universal que la vocal y deducen que el lenguaje gestual fue el andamiaje sobre el que se construyó el lenguaje, es decir, que el lenguaje no procede de las vocalizaciones, sino de los gestos.

Lo cual no me impide considerar muy interesante el estudio del lenguaje gestual de los grandes simios y su posible relación con nuestro lenguaje gestual. Pero a mi modo de ver habría dos líneas evolutivas independientes de nuestro lenguaje gestual y de nuestro lenguaje verbal. O bien, si el gestual ha constituido el andamiaje del verbal, eso habría sucedido antes de la divergencia entre los grandes simios y los humanos y no nos afectaría solo a nosotros. Con lo que quedaría un gran campo de investigación que debería conectar el trabajo comentado en el artículo citado en el párrafo anterior con los dos que quiero comentar ahora y que se refieren precisamente al lenguaje gestual.

Quiero ahora comentar un estudio que trata de la comprensión del lenguaje gestual de los simios por humanos no entrenados. Aunque se enfoca al intento de identificación de lo que pueda haber en nuestro lenguaje gestual del de los simios, lo que me interesa es este lenguaje, el de los simios, y su capacidad más allá de la pura transmisión de información. Se publicó en PLOS Biology el pasado 24 de enero y fue realizado por Kirsty E. Graham y Catherine Hobaiter.

Las autoras hacen notar que los grandes simios tienen grandes repertorios de gestos que son intencionales, es decir, que no solo tienen una función comunicativa, sino que además se dirigen a obtener reacciones determinadas de los receptores e incluso respuestas del mismo tipo, o sea conjuntos de gestos. Algunos de esos estos son muy similares entre las diversas especies. En la suposición de que se trate de sistemas de base biológica y de que nuestros ancestros también utilizaran ese lenguaje (aunque la riqueza gestual humana no haya permitido hasta ahora determinar qué gestos conservamos), decidieron realizar una serie de experimentos en los que personas no entrenadas debían reconocer los significados de diez gestos propios de chimpancés y diez de bonobos. En una versión del experimento se presentaban a los sujetos imágenes de vídeo aisladas de los gestos junto con un dibujo de los mismos (para su mejor captación). En otra, se les presentaba una secuencia que permitía captar el contexto. Los sujetos dieron en muy alta proporción con los significados correspondientes, sin que el conocimiento del contexto incrementase significativamente los aciertos.

Esto indica que conservamos la capacidad de entender el lenguaje gestual de nuestros parientes biológicos, sin que actualmente sepamos si también conservamos la capacidad de utilizarlo (nuestro lenguaje gestual, muy rico en gestos concretos, es muy pobre en términos de comunicación y de intencionalidad).

Volviendo al principio, creo que hay que tener en cuenta que lenguaje oral y lenguaje vocal no son exactamente lo mismo. El lenguaje oral utiliza un tipo muy específico de vocalizaciones, no vocalizaciones en general. En los experimentos descritos al principio, los “emisores” emitían vocalizaciones inespecíficas que debían interpretar los “receptores”, no fonemas ni vocalizaciones determinadas. Vamos, las que les vinieran a la imaginación. Resulta evidente que en ese caso, los gestos son mucho más eficaces y eficientes que las vocalizaciones. Pero ¿qué hay con las vocalizaciones paralingüísticas descubiertas en los chimpancés, que incluso parecen tener una parasintaxis y una cierta estandarización? Habría que comparar la eficacia y la eficiencia de esas vocalizaciones, y no simples aullidos, bufidos y resoplidos, por mucho que se combinasen con los gestos.

Yo he llegado a creer que los chimpancés tienen dos lenguajes igualmente efectivos, que los utilizan para las mismas funciones, aunque seguramente utilicen preferentemente uno u otro en distintas situaciones y que en nuestra ascendencia separada hubiese una pérdida de función del lenguaje gestual que llevó a su degeneración. Al parecer, ha resultado tan eficaz en nuestras condiciones el lenguaje verbal que el gestual ha quedado reducido a un pequeño complemento suyo. No sería el primer caso en la evolución. Uno notorio es el que tiene que ver con los pulmones y la vejiga natatoria.

Se supone que los peces ancestrales de los que procedemos los tetrápodos y los peces teleósteos (junto a otros muchos peces) fueron peces de agua dulce que sufría sequías o que tenía poco oxígeno disuelto y que en consecuencia tendrían branquias y pulmones para respirar (hoy en día los dipnoos aún tienen branquias y pulmones). Cuando se internaron en el mar ya no estuvieron sometidos a aguas pobres en oxígeno, con lo que sus pulmones perdieron la función respiratoria, suficientemente servida por las branquias, y se transformaron para realizar la función de control de la flotabilidad, la vejiga natatoria. Los que pasaron a una vida terrestre perdieron las branquias.

Me parece que la evolución de los dos lenguajes cuenta una historia paralela a la de los pulmones y la vejiga natatoria.

Marzo de 2023

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