Julio Loras Zaera

fortanete

Profesor Francho de Fortanete A la luz de la ciencia. Biología y asuntos humanos

Más sobre universales éticos

En marzo del año pasado di cuenta del trabajo de tres antropólogos sobre universales éticos, un trabajo que desmontaba científicamente el relativismo moral. Estudiaba la prevalencia de unas cuantas normas morales relativas a la cooperación y su valoración en sociedades de muy distintos tipos y de regiones mundiales variadas, seleccionadas al azar a partir de una base de datos etnográficos mundiales, llegando a la conclusión de que en todas partes eran practicadas y valoradas positivamente.

El pasado 4 de febrero, PNAS publicaba la investigación hecha sobre un asunto parecido por parte de cinco psicólogos, Edmond Awad, Sohan Dsouza, Azim Shariff, Iyad Rahwan y Jean-François Bonnefon, con 70.000 participantes de 46 países y 10 idiomas diferentes. La participación se consiguió mediante el sitio web “Moral Machine” (moralmachine.mit.edu), en el que se presentaron tres problemas referentes a la tolerancia al hecho de matar a una persona si se salvan varias. Se trata de tres problemas muy conocidos por los psicólogos morales y en los cuales se presentan tres situaciones en las que la muerte de una persona salva a varias. En el primer problema, un tranvía se acerca a gran velocidad a un tramo de vía en que hay cinco personas trabajando y es imposible pararlo; inmediatamente antes de ese tramo hay una bifurcación en la que el otro ramal pasa por donde hay solo un trabajador; el sujeto puede hacer desviar el tranvía por ese ramal, con lo que el trabajador resultará muerto, pero se habrán salvado los otros cinco. En el segundo, no hay bifurcación y el tranvía pasará inevitablemente por donde están los cinco trabajadores; el sujeto está en un puente sobre la vía, en el cual hay un persona muy corpulenta; el sujeto puede tirar a la vía a esa persona delante del tranvía, parándolo, con lo que esa persona morirá; el resultado numérico es el mismo que en el primer problema: un muerto salvando a cinco personas. El tercer problema, presenta una situación que tiene rasgos de los otros dos: en el ramal lateral hay un trabajador, pero este ramal vuelve a unirse al principal antes de donde están los otros cinco trabajadores; la manera de salvarlos es desviar el tranvía por el ramal lateral, atropellando al trabajador que hay allí y su cadáver frenará el tranvía de manera que se salvarán las otras cinco personas. Hay que hacer notar que los resultados numéricos, en cuanto al balance de vidas, son los mismos en los tres casos: cinco vidas salvadas con una muerte. Pero en el primer caso, la muerte no es buscada, mientras que sí lo es en el segundo y en el tercero. Y en el tercero, el sujeto no causa directamente la muerte de esa persona.

Los participantes respondieron más positivamente al primer problema del tranvía que al tercero, y más a este que al segundo (porcentajes medios a nivel de país de 81, 72 y 51 por ciento, respectivamente). Los autores hacen notar que si se toman los países con muestras pequeñas, los porcentajes de respuestas positivas a la desviación y al bucle por países varían mucho, pero lo hacen poco si se toman los países con muestras grandes, lo que sugiere una convergencia importante de las actitudes de tolerancia al hecho de matar en el caso de no responsabilizarse directamente de la muerte. La respuesta al problema del puente, en cambio, resulta más heterogénea cuanto mayores son las muestras de cada país, lo que sugiere un fuerte componente cultural.

El trabajo explora el aspecto cultural más detenidamente que el universal, pero a mí me interesa más este, en la medida en que ese artículo proporciona evidencia compatible con el papel de la biología en la moral, del mismo modo que lo hacía el que comenté hace un año. De hecho, a mi modo de ver, lo hace más claramente que el de los antropólogos. Apoya la idea de que tenemos un fondo psicológico específico (quiero decir de especie) en que se basa la moral, un fondo que no depende de la cultura o de la sociedad ni de la historia. Cierto que las respuestas a los problemas presentados a los sujetos no fueron en un único sentido, pero desde Darwin sabemos que una especie también viene definida por su abanico de variación y que los individuos no son copias del individuo ideal por el que las definían los naturalistas predarwinistas.

Sin embargo, la investigación de los antropólogos mencionados me parece mucho más convincente que esta. Mientras que los antropólogos tomaron los datos de la base universal de los informes etnológicos y su muestra abarcaba sociedades de todo tipo, la enorme muestra de estos psicólogos garantiza muy poca diversidad, por muchos miles de individuos que abarque, por muchos países que comprenda y por muchas lenguas que hablen sus sujetos, en la medida que todos tienen en común la cultura digital, que está muy extendida, pero ni abarca a toda la humanidad, ni tiene un abanico muy grande de hábitos y costumbres. Para llegar a conclusiones válidas, debería abarcar una gran muestra de individuos en la que estuvieran representados los distintos tipos de sociedades existentes, no solo con cultura digital, sino también de otro tipo, ágrafas incluidas, y los problemas representados deberían adaptarse a todas las culturas, lo cual significaría que no se basaran en tranvías, raíles y puentes. Solo así podría llegarse a conclusiones válidas sobre posibles universales éticos.

Estoy convencido que si se hiciera así, se llegaría a la conclusión de que toda la humanidad resuelve de la misma manera esos problemas en que una muerte salva varias vidas. Pero sin experimentos de ese tipo, solo es una conjetura.

Octubre de 2020

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