El dogma central de la biología molecular afirma que la información biológica va del ADN, a través del ARN, a las proteínas y nunca al revés. Formulado medio en broma por uno de los codescubridores de la estructura del ADN en los años sesenta, ha sido refutado posteriormente en todos sus aspectos, aunque muchos biólogos, especialmente biólogos moleculares, trabajan como si eso no hubiese sucedido nunca.
Este libro explica cómo se llegó a ese “dogma” y a sus refutaciones, incidiendo en las implicaciones de la genética en relación a los rasgos humanos, incluidos los mentales y los conductuales. En una primera parte relativiza el determinismo genético y el la segunda plantea aspectos en que la genética importa. La primera parte contentará a los contrarios al determinismo genético hasta que lean la segunda que puede gustar a los deterministas si llegan a leerla después de haber leído la primera.
Enero, 2020