Carlos, el hijo menor de unos amigos míos, es un gran deportista especialista en BTT o bicicleta de montaña, deporte en que ha llegado a campeón de Aragón en la categoría juvenil. En este deporte son frecuentes las lesiones, principalmente por caídas de la bicicleta. Esta primavera se lesionó la muñeca y se le realizó el tratamiento conveniente, completado con varias sesiones de fisioterapia, tres o cuatro de las cuales, las últimas, tuvieron lugar este verano.

Como el centro de fisioterapia está en Teruel y los horarios del transporte público de Fortanete a esa ciudad son complicados, su madre lo llevaba en coche. Hubo dos sesiones para las que le era imposible llevarlo, por lo cual lo hice yo. En una de las sesiones lo esperé en un bar cercano al centro, pero en la otra lo hice en la sala de espera de los fisioterapeutas.

En la sala de espera no había gran cosa para entretenerse, sólo había folletos, dípticos y trípticos de fisioterapia. Pero entre ellos me llamaron la atención unos dípticos de una firma de estética, que para mí no cuadraban en un centro de fisioterapia. O los había colado un representante de la firma o alguno de los fisios del centro busca dinero extra con la estética.

En la portada del díptico se leía “Stem Cell regenerative solution by...” y aquí no pongo la marca, tanto por no hacerle propaganda como por ser muchas las firmas que dicen usar los mismos métodos. En el díptico se anunciaba un tratamiento contra el envejecimiento de la piel mediante una solución que contiene “extracto de células madre vegetales” y otros tratamientos basados en el mismo principio. Según el díptico, el extracto es “rico en fitonutrientes y proteínas” y “diversos estudios clínicos (...) han demostrado las siguientes propiedades: regeneradora celular y reparadora y antiarrugas profundas”. Habla también de biorritmos celulares cutáneos (sean estos lo que sean) y dice que “de día, su producto estimula el despertar de la piel, promoviendo su potencial de auto-protección, mientras que de noche, aumenta su capacidad de reparación y renovación.”

Ese díptico es todo un ejemplo de utilización torticera de la ciencia para embaucar a los analfabetos y semianalfabetos en ella, que son muchos, y bastantes están dispuestos a rascarse el bolsillo cuando oyen o leen términos sacados de la ciencia en contextos puramente acientíficos.

Para empezar, las células madre vegetales son muy distintas de las animales. Es cierto que las células madre vegetales y las animales siguen estrategias análogas, pero con mecanismos moleculares muy distintos, lo que hace que la influencia de los señalizadores de unas sobre las otras no sea posible. De modo que por mucho extracto de células madre vegetales que tengan las cremas, no se producirá ningún efecto en nuestra piel.

Además, obtener células madre vegetales en cantidades suficientes para hacer las cremas es extraordinariamente difícil, porque sólo se encuentran en los meristemos o tejidos jóvenes de las plantas y en cantidades muy pequeñas. ¿No será que Stem Cell no contiene nada de extracto de células madre vegetales? Sospecho que ésa es la verdad.

Lo de los biorritmos celulares cutáneos en relación con los efectos de las cremas es una pura patochada, puesto que casi nada se sabe de ellos, y la riqueza en fitonutrientes y proteínas es una gran tontería, puesto que los fitonutrientes se encuentran en todas las dietas equilibradas y las proteínas, incluso en cantidades excesivas, ya están más que presentes en nuestras dietas

Noviembre de 2018


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