Julio Loras Zaera

fortanete

Profesor Francho de Fortanete A la luz de la ciencia. Biología y asuntos humanos

Se supone que la acupuntura es una terapia que forma parte de la llamada medicina tradicional china (un constructo moderno, puesto que en la China antigua nunca hubo una única escuela ni una única tradición médica). Se puso de moda en Occidente después de la memorable visita del presidente norteamericano Richard Nixon a la China maoísta. Por cierto, Mao, que promocionó la acupuntura ante los norteamericanos, así como otras escuelas terapéuticas tradicionales, siempre trató sus problemas de salud con los métodos occidentales.

Impresionó mucho a los importantísimos visitantes norteamericanos cierta demostración en que se operaba a personas anestesiadas con acupuntura. Lo que no fue tan divulgado es que, previamente, se habían administrado a aquellos pacientes barbitúricos y otros fármacos occidentales.

Sean las cosas como sean, la acupuntura consiste en clavar finas agujas en determinados puntos de los pacientes, puntos situados en unas líneas imaginarias o meridianos que discurren sobre su piel. Los acupuntores que siguen la tradición afirman que por esos meridianos fluye el qi o chi, una energía vital de naturaleza desconocida y que ese flujo depende del equilibrio de dos entidades contradictorias y complementarias, el yin y el yang, cuya naturaleza tampoco conoce nadie. Según ellos, las dolencias se producen por el bloqueo de la corriente del qi en puntos determinados de los meridianos y la punción produce el desbloqueo.

Otros acupuntores son escépticos respecto a esa filosofía y a esas explicaciones, pero creen que el método funciona, sean cuales sean la explicación y el fundamento.

La acupuntura se postula para curar muchas afecciones de muy diversos tipos, incluida la adicción al tabaco. Sin embargo, no hay estudios que avalen inequívocamente esas bondades de la acupuntura, aunque sí que hay algunos según los cuales es eficaz para aliviar el dolor crónico, especialmente el dolor de espalda, por lo menos algo mejor que el placebo.

Pero hay un problema con esos estudios, y es que no se ha ideado aún ninguna manera de que los administradores del tratamiento, los acupuntores, ignoren si están aplicando la acupuntura, pinchando en los puntos determinados por su teoría, o están aplicando falsa acupuntura (las agujas se clavan de la misma manera que en la acupuntura, pero en puntos distintos). Con lo que por ahora no son posibles los estudios doble ciego, en que tanto los pacientes como los terapeutas ignoren qué tratamiento se aplica a y por cada uno.

Los estudios en los que el tratamiento del grupo de control consiste en no hacer nada o dar unas pastillas de glucosa o tocar los puntos de los meridianos sin clavar las agujas no sirven, porque los pacientes del grupo de control saben que no se les administra acupuntura y, por lo tanto, no hay efecto placebo posible en ellos. Los estudios en que sí se clavan agujas iguales a las de acupuntura en puntos distintos de los de los meridianos tampoco sirven, porque los acupuntores saben que no están haciendo realmente acupuntura, con lo que es inevitable que se comporten de manera diferente, lo que puede dar pistas a los sujetos de cuál de los tratamientos se les está aplicando. Y todos los muchos estudios realizados hasta el día de hoy adolecen del mismo defecto, aparte de que ninguno ha sido realizado por médicos escépticos, lo que promueve el sesgo de confirmación.

Además, no sé de ningún estudio que compare la eficacia de la acupuntura con otros tratamientos, digamos, convencionales.

Mi conclusión es que, mientras no se realicen y se repitan estudios con muestras suficientes de sujetos y en condiciones que eviten los sesgos de que he hablado, la acupuntura no ha probado ser algo más que un tratamiento placebo.

No quisiera acabar sin referirme a los médicos que tratan de explicar desde el punto de vista de la ciencia la eficacia de la acupuntura. Esos médicos empiezan la casa por el tejado: antes de tratar de explicar la eficacia de algo, hay que probar que es eficaz. Estos médicos hacen como si a mí me dijera alguien que los burros vuelan y yo, sin comprobar si realmente algún burro vuela o ha volado, me lanzara a dar una explicación biológica y aerodinámica del vuelo de los asnos.

Julio de 2018

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