1 El término simbolismo tiene aquí un significado distinto al usado en los artículos sobre la polémica Sahlins/Harris. Allí se refería a las escuelas antropológicas que explican la cultura como determinada por los símbolos. Aquí se refiere a la capacidad para captar y/o producir símbolos.
EL SIMBOLISMO: ¿ANTES DEL ORIGEN DE LOS PRIMATES?
Se creyó durante mucho tiempo que una característica asociada al simbolismo, como es la recursividad, que en el lenguaje se manifiesta en la emisión y comprensión de frases del tipo de “El libro que le obsequiaste a Juanita está muy deteriorado”, que contiene una oración “Le obsequiaste el libro a Juanita” anidada en otra “El libro está muy deteriorado”, era exclusivamente nuestra. La recursividad nos permite la construcción y la comprensión de una, al menos teórica, infinidad de oraciones de extensión infinita. El estudio de diversos primates evidenció que la recursividad, si no se le imponía el aspecto del lenguaje, también era correctamente percibida por varias especies, y no solo los antropoides. Eso llevó a pensar que procedía del ancestro común a humanos y otros primates.
Los experimentos más exitosos sobre esta cuestión fueron los que se realizaron con primates. Así, se les enseñaban grupos como , , {}… y otros sin recursividad, pero de aspecto semejante, como o {}. Tras un entrenamiento en que no se premiaba la identificación de la recursividad, sino simplemente que señalaran los grupos de símbolos, se les sometía a la prueba, momento en que se premiaba el señalamiento de las muestras recursivas, incluyendo una buena cantidad de nuevas. Los macacos, por ejemplo, mostraban un rendimiento algo menor que el de los niños de 3-4 años, pero muy significativo estadísticamente.
Puede parecer sorprendente, pero no lo es mucho para los evolucionistas, convencidos de que nuestros caracteres, incluidos los cognitivos, no surgieron de la nada. La conclusión obvia es la del primer párrafo. Sin embargo, un trabajo con cuervos la ha trastocado, haciendo retroceder muchísimo el ancestro que ya poseía la capacidad recursiva. O, alternativamente, demostrando un origen independiente de esa capacidad en los primates y en las paseriformes.
Diana A. Lao, Katharina F. Brecht, Melissa Johnston y Andreas Abajo decidieron investigar con cuervos por la inteligencia de estos pájaros y por las analogías de su aprendizaje vocal con nuestra adquisición del lenguaje. Dieron cuenta de su trabajo en Science Advances el 2 de noviembre del año pasado.
Las experimentadoras excluyeron estrategias ajenas a la recursividad por parte de los cuervos, ya que estos señalaron mas símbolos incrustados en el centro que cerrados en la cola, con una diferencia muy significativa estadísticamente, próxima al desempeño de los niños y superior al de los macacos. Los macacos solo llegaron al nivel de los cuervos con un entrenamiento cuidadoso.
El siguiente experimento consistió en someter los cuervos a secuencias incrustadas formando parte de secuencias mayores abiertas en un extremo. Las identificaron en un porcentaje sorprendente, lo cual corrobora el resultado del experimento anterior.
Finalmente, se les sometió a listas de símbolos con secuencias recursivas más profundas anidado en anidado…. Nuevamente, la mayoría de las secuencias picoteadas no lo fueron al azar, ni regidas por algún orden, sino las que presentaban recursividad, independientemente de su complicación.
Los experimentos se realizaron con solo dos cuervos y las investigadoras reconocen que no pueden extrapolarse los resultados a toda la especie, pero aportan lo que llaman una “prueba de existencia”, una prueba de que la captación y producción de recursividad esta en principio al alcance de los cuervos. La repetición con una muestra mayor servirá para decidir si se trata de una capacidad de unos pocos individuos o se puede considerar que es una característica de la especie.
Lo que me parece más interesante de todo esto es que linajes separados por más de 300 millones de años presenten una muy específica característica común. Sería interesante investigar si otros linajes, de mamíferos, de aves y de reptiles, lo poseen. Y determinar si se trata de una característica presente en el ancestro común de todos ellos o de evolución convergente. En el caso de que solo estuviera presente en los primates y en los córvidos, parece que deberíamos decantarnos por la evolución convergente. A mi entender, la analogía, que no homología, de las vocalizaciones de los córvidos y las de los primates y de sus cerebros respectivos, reman en esa dirección. Pero no lo sabemos.
No me resisto a comentar el uso de las matemáticas, concretamente del cálculo de probabilidades por las autoras de esta investigación. A diferencia de los del artículo sobre los bebés “moralistas” que comenté en enero del año pasado, el uso de las probabilidades es sobrio y estrictamente necesario para evaluar la significación de los resultados experimentales, es decir, para excluir el azar de los mismos.
Septiembre de 2023