Julio Loras Zaera

fortanete

Profesor Francho de Fortanete A la luz de la ciencia. Biología y asuntos humanos

El cultivo de maíz y la cultura Casarabe (500-1400 d. C.)

Es una hipótesis compartida por muchos antropólogos que una condición básica para el nacimiento de las primeras culturas complejas, junto con haber alcanzado un umbral demográfico alto, fue la disposición de cultivos alimentarios cuyos frutos fueran largamente almacenables. Los cereales se ajustan muy bien a esta condición. Si en el Viejo Mundo esas culturas se basaron en trigo, mijo y arroz, en el Nuevo Mundo las gentes dispusieron del maíz.

Entre arqueólogos y prehistoriadores se discute si el maíz fue cultivo básico en las culturas equivalentes a nuestro Neolítico. La discusión está entre quienes lo consideran así y quienes sostienen que en esas sociedades se daba un policultivo en el que el maíz era un recurso agrícola entre otros igualmente importantes. Menos discusión hay en cuanto a lo que sucedía en las sociedades complejas, donde se cree que el cereal americano sería la base de la subsistencia y de la economía. Esta idea viene refrendada por muchas culturas andinas y mesoamericanas, pero no se ha verificado en lo que hace a las culturas complejas amazónicas.

La cultura Casarabe se extendía por 4.500 km2 de los Llanos de Moxos, en la Amazonia boliviana. Esa zona se caracteriza por la presencia de montículos monumentales erigidos por sus primitivos habitantes. Presenta un patrón de asentamiento jerárquico de cuatro niveles con cientos de montículos monumentales interconectados por canales y calzadas, muestra clara de un urbanismo avanzado. Hay evidencia arqueológica de que esta sociedad cultivaba el maíz, pero no se ha aclarado si era uno entre otros muchos cultivos, o era el cultivo principal, o era el cultivo primordial que basaba a esa cultura. Lo que se sabe es que la cultura Casarabe invirtió mucho en ingeniería paisajística, construyendo un vasto sistema de canales de drenaje para drenar el agua en la estación lluviosa y de estanques agrícolas para retenerla en la estación seca. La información que sigue procede de https://rdcu.be/d9ZJK, un trabajo de investigación centrado en conocer la importancia del maíz en esa cultura.

En la figura siguiente aparece la zona en que trabajaron los autores, con indicación de las áreas estudiadas mediante recuadros y símbolos indicativos de montículos monumentales, canales y estanques, además del tipo de terrenos (sabana, bosque) y de los lagos a que drenaban los canales.

Los triángulos representan montículos monumentales; puntos negros, estanques; líneas negras delgadas, canales; zonas grises claras, bosques; zonas blancas, sabana; y zonas grises oscuras, lagos. En el recuadro superior izquierdo, el lado norte de una sabana está atravesado por canales, pero el lado sur está salpicado de estanques. En el recuadro inferior derecho, una sabana (al este) ha sido modificada por la excavación de una red densamente poblada de canales de drenaje, y otras dos sabanas, al oeste, están salpicadas de estanques; en el primero, la red de canales desemboca en el lago Francia, situado a unos 4 km al norte. 690 y 695 indican la ubicación de los dos estanques agrícolas muestreados para este estudio. Recuadro arriba a la derecha, límites de la Amazonía tal como se definen en la ref. 43 y la imagen de World Countries Generalized proporcionada por ESRI bajo la licencia ArcGIS Pro. Barra de escala, 5 km. Crédito: Comisión Europea JRC.

En cuanto a los canales, los investigadores distinguen tres órdenes: primero, de alrededor de 4 m de ancho y 25 cm de profundidad; segundo, de 8 m de ancho y 70 cm de profundidad; y tercero, un canal principal que desemboca en el lago con 14 m de ancho y 1,80 de profundidad.

La red completa de drenaje. Los puntos numerados indican la ubicación de los perfiles de fitolitos.

La realización de perfiles estratigráficos mostró que originalmente los canales eran mucho más profundos. En la sabana marcada en el plano al Este, los canales corrían hacia el norte, al lago Francia.

El análisis de fitolitos (mineralizaciones producidas metabólicamente por las plantas, como la sílice de las gramíneas) encontró fitolitos de maíz en todos los canales, con esporádicos fitolitos de calabaza y otras plantas. No descartan los autores que el cultivo de calabazas también tuviera importancia cuantitativa, dado que hay especies y variedades de las mismas que no producen fitolitos. En los estratos inferiores, por debajo de los canales, los fitolitos corresponden a especies salvajes, correspondiendo a maíz domesticado de ahí para arriba. Como curiosidad, encontraron fitolitos de arroz en los superiores, así como de otros cultivares “impropios”, lo que se explica por las poblaciones actuales. La mayoría de los fitolitos se encontraron en los canales y en sus orillas, lo que puede indicar que el cultivo se hacía en estas, que se elevaban por encima de su nivel.

En cuanto a los estanques, que recuerdan lo que los aborígenes australianos llaman gilgais, pozos que se forman por contracción y expansión repetidas de la arcilla, son mucho mayores que esos pozos, lo que hace pensar en su construcción por los humanos. En ellos se encontraron fitolitos de maíz, cosa que hace pensar que el maíz se cultivaba a su alrededor salvando la estación seca.

Al parecer, la cultura Casarabe no tuvo demasiada necesidad de “comerse” el bosque, aprovechando zonas naturales de sabana inundable, puesto que los investigadores no encontraron en las zonas de bosque restos de quema, lo que parece indicar que no realizaron agricultura de tala y quema.

En conjunto, estos hallazgos abonan la hipótesis de que la cultura Casarabe cultivaba maíz todo el año (al parecer, con dos cosechas anuales, una en los canales y otra en los estanques), siendo este cultivar lo que permitía mantener una demografía importante. Junto con la preservación del bosque (fuente de otros tipos de recursos), el ingenioso sistema doble (canales y estanques) estuvo en la base de una sociedad compleja. Los montículos monumentales, jerarquizados, apuntan a lo mismo.

Creo que con esto, sin necesidad de resumir más partes del trabajo, resultará suficiente para concluir que en la cultura Casarabe el maíz era el cultivar fundamental que abastecía a toda la sociedad, casi un monocultivo. Por mi cuenta y riesgo, añadiría que era la base de la riqueza, de la acumulación por parte de las élites, de los tributos, del mantenimiento de los hombres de armas, los sacerdotes y los gobernantes. La mayoría de la población serían campesinos que, a diferencia de lo que pasa en las jefaturas, no tendrían acceso a las armas ni a la formación militar, se encargarían de los cultivos y de pagar los tributos. A diferencia de lo que sucede en las jefaturas, estos campesinos, dada la inversión en tan grandes infraestructuras hidroagrícolas, no tendrían la opción de “votar con los pies”, es decir, de emigrar, ya que si lo hacían acabarían perdiendo mucho. Pero para afirmarlo, debería saber si tenían grandes graneros donde se almacenaría el impuesto, y tal vez monumentos funerarios y templos (que podrían coincidir con los graneros). Tal vez el hecho de que los montículos monumentales tengan una orientación no estocástica, sea indicativo de una sociedad del tipo que conjeturo.

La mayoría de antropólogos, arqueólogos y prehistoriadores, cuando tratan cuestiones de este tipo suelen hacer referencia a la complejidad social, al mantenimiento de sociedades complejas. No niego que la complejidad sea un concepto importante en el estudio de culturas y sociedades, diría que básico. Pero yo soy partidario de otro concepto que, a diferencia de ese, no tiene nada de aséptico, siendo igualmente objetivo: la organización política de las culturas. Además, perteneciendo como yo creo, al igual que la complejidad, a la estructura social, me parece que permite ser más preciso cuando se trata de dar cuenta de los cambios sociales. Por ejemplo: ¿cómo medir la complejidad? Se habla mucho de sociedades complejas, pero nunca he encontrado (excepto en un viejo paper del Santa Fe Institute que exponía un modelo bastante interesante que podía dar cuenta de la transición entre sociedades sencillas –organizadas en bandas y aldeas- y sociedades complejas –organizadas, en este caso, en jefaturas) ni una definición clara, ni una exposición de sus diversos grados en relación con los distintos niveles culturales, tanto materiales como espirituales.

Marzo de 2025

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