La variación actual en la población humana del cromosoma Y es significativamente menor que la del ADN mitocondrial. Los científicos deducen de esto la ocurrencia de un cuello de botella masculino entre hace 5.000 y 3.000 años, según los continentes, cuello de botella que no afectó a la población femenina. Tradicionalmente se ha considerado que la causa de este cuello de botella radica en la competencia violenta entre grupos patrilineales que llevaría a la extinción de una parte importante de ellos. Sin embargo, los índices de violencia en esa época son poco fiables, por la pequeñez de las muestras y porque se han estimado en cifras con muchas discrepancias entre ellas.
Cinco ecoantropólogos del Muséum National d’Histoire Naturelle del CNRS francés proponen una hipótesis alternativa que no necesita aducir violencia para producir ese resultado (https://rdcu.be/dFSxO). Es una hipótesis basada en la antropología de los modos de subsistencia y de organización social y la genética de poblaciones. Parten del supuesto, avalado por los estudios de sociedades recolectoras, por una parte, y agropastoriles, por otra, de que el paso de la primera estrategia de subsistencia a la segunda correlaciona con el aumento tanto de la patrilinealidad (filiación unilineal paterna) como de la patrilocalidad (las mujeres se van a vivir en la localidad de los maridos). Tanto la patrilinealidad como la patrilocalidad disminuyen el tamaño efectivo de la poblacióni masculina y no alteran el de la femenina. Eso implica disminución de la variación en el cromosoma Y (que solo heredan los varones) y no afecta a la del ADN mitocondrial (que solo heredan las mujeres). La explicación está en el hecho de que en esas condiciones los varones de un linaje son parientes estrechos, descendientes de un único varón, mientras que las mujeres no son parientes biológicos entre sí. Si ese supuesto es cierto, y está abonado por muchos estudios de sociedades de todos los continentes, se pueden plantear modelos de evolución basados en la genética de poblaciones para dar cuenta de la diferencia de variación entre el cromosoma Y y el ADN mitocondrial que daba entrada a ese artículo.
Se ha observado que en las sociedades patrilineales no involucradas en conflictos violentos, por puro azar demográfico, algunos linajes se expanden y otros se extinguen. Si además se dan diferencias de estatus entre linajes, el proceso de expansión de unos y de extinción de otros se ve acelerado por el mayor éxito reproductivo de los linajes superiores (los autores citan algunos ejemplos, pero yo prefiero poner el de los mongoles: la mayoría de las poblaciones euroasiáticas tienen genes de Gengis Kan y su variante del cromosoma Y está presente en muchos varones de esas poblaciones).
Estos investigadores trabajaron con unos modelos de cinco aldeas en los que se consideran las tasas de mutación que reporta la literatura. En unos modelos la descendencia era bilateral, en otros patrilineal con patrilocalidad y fisión aleatoria de los linajes y en otros los linajes se escindían de manera que los hombres de los nuevos estaban emparentados paternalmente. Previamente se simulan 20.000 generaciones de panmixia (apareamiento al azar) y se introducen las reglas de localidad y linealidad, introduciendo unas tasas de migración realistas para hombres y mujeres. Se simulan 100 generaciones. En algunos de los modelos se incorpora la violencia (un 15 % de varones mueren por ella, más en los linajes pequeños que en los grandes).
La conclusión a que apuntan los resultados de estos modelos es que la violencia solo es más efectiva en reducir el tamaño efectivo de la población masculina si no hay varianza en el éxito reproductivo, suposición que no es realista. Si se introduce esta varianza en los modelos, la situación que resulta más efectiva en la reducción de la variación en el cromosoma Y a largo plazo es la de sociedades patrilocales patrilineales con segmentación o fisión.
No sé si estos autores están en lo cierto, pero proporcionan otro punto de vista no basado exclusivamente en los hallazgos arqueológicos.
Noviembre de 2024