Desde hace unas dos décadas, estaba convencido de que los neandertales tenían un lenguaje similar al nuestro. Su tamaño cerebral similar al nuestro, sus áreas de Broca y Wernicke con un desarrollo semejante a las nuestras (inferencia hecha por el estudio de sus moldes endocraneales), su posesión de la misma variante del gen FOXP2 que nosotros (esa variante se relaciona en nosotros con ciertos aspectos del lenguaje, concretamente de la gramática), su hueso hioides (que se une a la lengua y a la faringe) muy similar al nuestro en forma, dimensiones y diferente al de los chimpancés… toda una serie de indicios se iban acumulando en esas dos décadas en favor de una de las posiciones del debate entre los paleoantropólogos sobre la posesión o no de lenguaje por los neandertales y cada vez yo estaba más convencido. Faltaba una prueba contundente y eso es lo que han aportado un grupo de paleoantropólogos entre los cuales se cuentan José María Bermúdez de Castro y Juan Luis Arsuaga, que han dirigido las excavaciones de Atapuerca.
Lo explicaron en Nature Ecology & Evolution el pasado primero de marzo. Para ello se centraron en el estudio del oído externo y del oído medio de un puñado de fósiles neandertales en comparación con las mismas partes del cráneo de homininos anteriores de la Sima de los Huesos y de humanos modernos, utilizando para ello las técnicas más modernas, es decir, el escaneado de tomografía computerizada y la bioingeniería auditiva para obtener el poder de transmisión del sonido y el ancho de banda ocupado. El poder de transmisión del sonido es índice del proceso de filtrado acústico que lleva a una atenuación dependiente de la frecuencia a la entrada de la cóclea (llamada en los humanos caracol) que modula el audiograma resultante en los individuos vivos. Se entiende por ancho de banda ocupado el ancho de una banda de frecuencias tal que por debajo y por encima de ella los poderes medios son iguales a un porcentaje especificado del poder medio total de un espectro dado. La primera magnitud depende directamente de las medidas anatómicas del oído medio. El ancho de banda ocupado se calcula a partir del poder de transmisión y está relacionado con la capacidad auditiva respecto a los sonidos que una especie usa como señales.
Estudios previos de australopitecos, parantropos y los fósiles del Pleistoceno Medio de la Sima de los Huesos mostraron que la ocupación del ancho de banda de los dos primeros era muy similar a la de los chimpancés, mientras que la de los terceros, aun siendo más estrecha, era similar a la de los humanos modernos. Los autores de la investigación pretendían, entre otras cosas, determinar si los neandertales se parecían más en este aspecto a los homininos de la Sima de los Huesos (con lo cual se supone que tendrían comportamientos complejos sin necesidad de una comunicación mejorada) o a nosotros, lo que sugeriría una relación entre la complejidad del comportamiento y la comunicación lingüística.
Las mediciones revelaron que el oído externo y el oído medio, así como su funcionalidad, de los neandertales diferían de los de los fósiles de la Sima de los Huesos y eran muy similares a los nuestros, siendo sus anchos de banda ocupados y poder de transmisión del sonido casi idénticos a los nuestros, permitiéndoles, como a nosotros y a diferencia de los homininos anteriores, la identificación de una amplia gama de sonidos consonánticos vetada a estos. Esto es prueba, junto a lo que he expresado en el primer párrafo, de que los neandertales tenían una capacidad lingüística semejante a la nuestra.
Los autores de esta investigación, a partir de la comparación con los fósiles de la Sima de los Huesos, deducen que el lenguaje surgió por evolución convergente después de la separación entre nosotros y los neandertales, lo cual no me parece probable: capacidades complejas basadas en estructuras homólogas es muy improbable que hayan evolucionado separadamente en dos especies hermanas. Me parece más probable que hayan evolucionado en el último antecesor común. El hecho de que los homininos de la Sima de los Huesos tengan un ancho de banda ocupado y un poder de transmisión del sonido más cerca del de los neandertales y de nosotros que de homininos más antiguos, aunque más estrecho, ¿no podría indicar que también eran capaces de identificar sonidos consonánticos, aunque menos que nosotros y los neandertales? ¿Y que por lo tanto pudieran haber tenido un lenguaje articulado, aunque más pobre y menos eficiente? Una investigación a fondo del oído de esos homininos y del del Homo antecessor tal vez nos diera la sorpresa de que el lenguaje articulado es más antiguo de lo que se creía. No sé si se han encontrado cráneos de Homo antecesor en los que se pudieran determinar las mismas magnitudes medidas en este estudio, pero si los hay, realizar con ellos el mismo tipo de estudio serviría, a mi modo de ver, para contrastar la hipótesis de evolución convergente o la de la presencia de un lenguaje articulado, aunque menos eficaz, en el antecesor común de neandertales y sapiens.
Y creo que ese estudio podría poner a prueba la hipótesis algo especulativa pero muy sugerente de los lingüistas Calvin y Bickerton sobre el origen del lenguaje expuesta en su libro Lingua ex machina. Esa hipótesis, me parece, encajaría muy bien con la posición intermedia de los homininos de la Sima de los Huesos y con la posible posición inicial del Homo antecesor.
Cada vez que se ha hallado un indicio de posesión del lenguaje por los neandertales, los mantenedores de la postura contraria han adoptado una actitud defensiva: tener una anatomía capacitada para el lenguaje no implica necesariamente la posesión del mismo. Espero que ahora no digan lo mismo. En caso contrario, deberían probar que esas complejidades anatómicas, si no servían para el lenguaje, servían para otra función y explicarnos cuál sería esa función.
Hace un tiempo, científicos contrarios a la posibilidad de que los neandertales hablasen adujeron el hecho de que su tracto vocal impedía la emisión de los sonidos vocálicos /a/, /i/ y /u/, lo cual no me parece serio. En primer lugar, nuestras lenguas en conjunto tienen unos veinte sonidos vocálicos, con lo que aún les quedaría mucha variedad de esos sonidos. Y en segundo, como dijo uno de los autores del estudio comentado, “¿Es que ne se entende este frese?” ¿Os ha costado mucho entenderla?
Junio de 2021