El bipedestrismo no está en ningún modo relacionado al proceso en el que surgen los homínidos puesto que el foramen magnum jamás podría dejar de migrar (como lo hace en todo los primates, de la base del craneo a su parte occipital) si antes la boca no es sustituida por la mano armada en las funciones de defensa y protección del individuo. Por tanto, tendríamos primero que ser más inteligentes (desde el punto de vista ecológico) para que como consecuencia de que la mano sustituyera la boca en dichas trascendentales tareas, el agujero occipital dejara de migrar hacia la parte posterior del craneo y como consecuencia de llevar la cabeza encima de los hombros (no delantre como ocurre en los primates adultos) pudiesemos bipedar como mayormente hacen los chimpancés antes de los 3 años de edad. Por tanto, si teníamos que ser más inteligentes para que pudieramos bipedar, la bipedestación no es causa de que nos volviésemos más inteligentes sino consecuencia de ello.
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