En el trastorno unipolar típico, hay depresiones recurrentes con períodos, a veces largos, de normalidad entre medio. En el trastorno bipolar típico, hay episodios de euforia desmedida, en los que ni siquiera se duerme más de una o dos horas al día y con una productividad grande, seguidos de fuertes depresiones y de subsiguientes períodos de normalidad.

Ambos trastornos deben ser tratados por psiquiatras, puesto que en los períodos de depresión hay serio peligro de llegar al suicidio, aparte de que el enfermo, durante los episodios de psicosis, está muy incapacitado para la vida normal. El tratamiento corriente suele ser muy sencillo: pastillas de carbonato de litio, y no debe abandonarse en ninguna circunstancia.