Julio Loras Zaera

fortanete

Profesor Francho de Fortanete A la luz de la ciencia. Biología y asuntos humanos

Tuve noticia de Robert Lanza leyendo la publicidad de un curandero que decía que se inspiraba, entre otros, en la filosofía de Robert Lanza. Lanza tenía una prometedora carrera en medicina regenerativa, trabajando con células madre. También realizó experiencias exitosas en la clonación de especies animales amenazadas de extinción. Es, por lo tanto, un biólogo más que competente. Hace pocos años, sus intereses pasaron del campo de la biología al de la física, de una manera peculiar. Al observar a contraluz una telaraña, le vino a la mente la idea de que para la araña lo real, lo que determinaba su visión del mundo era la telaraña y que para nosotros el espacio y el tiempo eran como la telaraña para la araña. Se le ocurrió que nosotros estamos rodeados por una inmensa red de espacio y tiempo que sigue las leyes de nuestras mentes. Pensó en la mecánica cuántica, en aquel aforismo que dice que la observación determina lo que sucede. Así empezó a interesarse por la física más avanzada.

A partir de ahí, llegó a interesantes conclusiones. Por ejemplo, que las leyes, las fuerzas y las constantes del universo, tan ajustadas para la vida, sólo pueden ser fruto de una inteligencia previa. Que el espacio y el tiempo no son objetos, sino herramientas de nuestro entendimiento animal. Que llevamos el espacio y el tiempo alrededor, como una tortuga lleva su caparazón, lo cual significa que cuando ese caparazón desaparece, nosotros aún existimos.

Dice que eso significa que no existe la muerte de la consciencia, que solo existe como un pensamiento porque nos identificamos con el cuerpo. Dice que si el cuerpo genera consciencia, entonces esta muere con él, pero si el cuerpo recibe la consciencia de manera similar a cómo se recibe la señal de unsatélite, entonces la consciencia no desaparece con el cuerpo. Que la consciencia existe fuera de las restricciones del tiempo y el espacio, pudiendo estar en el cuerpo y fuera de él. De hecho, para Lanza, la consciencia es no-local en el mismo sentido que los objetos cuánticos son no-locales.

Llamó a su filosofía Biocentrismo, término que lleva a confusión, porque también se emplea para denominar un criterio ético que no tiene nada que ver, la preocupación y el cuidado de la vida, que comparten muchos movimientos ecologistas-

He sacado esta información de una larga entrevista de Lanza en un medio en portugués llamado Oráculo. Es una entrevista larguísima, pero lo poco que he extractado me parece más que suficiente para hacernos una idea clara del pensamiento de este hombre.

Esas ideas abundan entre místicos y embaucadores de toda laya. Es típica su interpretación sui generis de la mecánica cuántica para apoyar sus majaderías. Una interpretación basada en la ignorancia de quienes les siguen o de ellos mismos, si no en una adulteración intencionada. Por ejemplo, respecto a la observación y los sucesos, a veces, los practicantes de esta rama de la física hablan de que la consciencia determina estos sucesos, pero lo hacen refiriéndose a aparatos muy complicados que funcionan automáticamente para detectar esos sucesos. Es decir, hablan de consciencia en un sentido que nada tiene que ver con lo que se entiende habitualmente por tal.

Lo mismo pasa con la no-localidad. La mecánica cuántica ha probado algo que contradice la teoría de la relatividad especial. Eñ problema fue formulado por Einsgtein en la famosa paradoja de Einstein.Podolsky-Rosen: si la teoría cuántica fuera cierta,, cosa que él no creía, podría darse el caso de dos partículas separadas por cualquier distancia en que la medida de una propiedad de una determinara de manera instantánea la medida de la otra. Bell demostró que tenía que suceder así y muchos experimentos lo han probado sin discusión. Es como si las dos partículas estuviesen descritas por una sola función de onda, de manera que lo que afectara a una afectaría inmediatamente a la otra. Esto contradice la teoría de Einstein, que impide la transmisión de información a mayor velocidad que la luz, que es un absoluto.Esta propiedad se ha intentado experimentar conobjetos macroscópicos,con resultados ambiguos. Y esto ¿qué tiene que ver con lo que dice Robert Lanza? Me parece que nada. A nadie se le ocurre, hoy por hoy, pensar en el comportamiento de los objetos macroscópicos en esos términos, y menos aún el de la consciencia, que es una propiedad “emergente” de objetos macroscópicos, es decir, de algunos seres vivos.

En cuanto a la inteligencia previa a la materia, en relación con el ajuste de las leyes, fuerzas y constantes del universo a la existencia de la vida, es la versión más burda del llamado principio antrópico, rechazada por la mayoría de los físicos. El razonamiento es inverso al del señor Lanza: estamos aquí porque es el único universo en que las condiciones son adecuadas para ello. Podrían haberse dado otros universos en que solo pudieran existir átomos de deuterio, para lo cual las constantes, las fuerzas y las leyes serían igualmente restrictivas, por ejemplo, y ello no nos diría nada sobre ninguna inteligencia previa, ni en sentido afirmativo ni en sentido negativo.

Febrero de 2019

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