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En verano, se pueden ver en nuestra tierra muchas especies de aves. Con esta entrega pretendo entretener a los lectores mostrándoles las características de algunos de los pájaros que son fáciles de observar en esta época del año en el término municipal de Fortanete. No trataré de los más conocidos, por verse continuamente en el pueblo, como el gorrión común ( Passer domesticas) o el vencejo común ( Apus apus, “ancejo”); ni tampoco de los pájaros de más difícil observación en el bosque, como el zorzal charlo ( Turdus viscivorus,”torda”) o el pito real ( Picus veridis). Tampoco trataré de algunos pájaros que podríamos encontrar, pero que no estoy seguro de haberlos visto, como el verderón serrano ( Serrinas cetrinilla) y el águila real ( Alquila chrysaetos), ni de los pars y similares que hay por los huertos, porque para mí que tengo poca experiencia, son difíciles de identificar unos pájaros tan pequeños y que no paran de moverse. Me ceñiré sólo, por lo tanto, a los más comunes en terrenos abiertos y semiabiertos, que son los más fáciles de observar.

A la hora de ordenar estas notas, podría haber optado por hacerlo agrupando las aves por hábitats. Pero eso requiere una experiencia que no tengo y el esfuerzo de leer una gran cantidad de material y reordenarlo, porque la mayoría de los catálogos científicos de aves están ordenados taxonómicamente, es decir, según la clasificación científica, que intenta agrupar las especies por su parentesco evolutivo, inferido por su morfología y su conducta, sin atender a su ecología. Por lo tanto, he decidido seguir la ordenación taxonómica habitual, que empieza por las aves de aparición más antigua, como fósiles, y acaba por las de aparición más reciente. El lector o la lectora que quiera agruparlos por hábitats, no tiene más que coger lápiz y papel, anotar los hábitats que aparecen y poner bajo ellos los pájaros correspondientes.

Pero antes de entrar en materia, creo conveniente explicar muy brevemente en qué consiste la clasificación zoológica.

Como se clasifican los seres vivos

Los científicos clasifican a los seres vivos en seis grandes grupos, de los que los más conocidos son los hongos, las plantas y los animales, atendiendo al tipo de células de que están formados en el caso de los unicelulares, y al modo de obtener su alimento, en el caso de los pluricelulares. En el caso de los animales, por ejemplo, la característica definitoria es la digestión de alimento procedente de otros seres vivos en el interior del cuerpo – a diferencia de los hongos que lo digieren fuera, y de las plantas que lo fabrican con ayuda de la luz solar-.

Estos seis grandes grupos se llaman Reinos, como nos enseñan en la Escuela –limitándose a los tres citados, para los que ya hace tiempo que hemos pasado la juventud-. Dentro de cada reino se hace una subdivisión en Tipos o Fila (plural latino de filium), atendiendo a grandes modelos anatómicos. Así, los pájaros, los reptiles, los peces, los anfibios, los mamíferos y algunos otros bastante raros, caracterizados por tener, por lo menos en embrión, un cordón flexible que recorre el dorso: tipo cordados. Los tipos se subdividen en Clases, que en el tipo Cordados se distinguen, entre otros caracteres, por el revestimiento de la piel (en el caso de los anfibios, como ranas y sapos, por la falta de revestimiento).

Así la Clase Aves se caracteriza por tener la piel recubierta de plumas, (los Mamíferos de pelo). Cada clase está integrada por varios Órdenes. Los caracteres que los distinguen pueden ser de muy diversas clases, ya que se atiende a sus orígenes de antepasados comunes, y por lo tanto dependen de la historia. Pero, como pasa en las familias humanas, los descendientes de antepasados comunes tienen características comunes que no comparten con los que no lo son.

Así, por ejemplo: perdices, faisanes, codornices y gallinas -que tienen hábitos terrícolas, ponen muchos huevos y tienen pollos que en seguida se van del nido- pertenecen al Orden Galliformes; mientras que: gorriones, pardillos, jilgueros, currucas, lavanderas, vencejos y cuervos – que tienen el pie adaptado a posarse en una percha, el órgano del canto muy desarrollado y pollos que nacen implumes y desvalidos- pertenecen al Orden Passeriformes.

Los Órdenes se subdividen en Familias. Por ejemplo, dentro de Orden Passeriformes los gorriones pertenecen a la familia Passéridos; los verderones y jilgueros, a la familia Fringílidos y los cuervos a la familia córvidos.

El nivel inferior a la Familia es el Género. Todas las aves de un género se supone que comparten un antepasado muy reciente. Los géneros se nombran con una palabra latina o latinizada con la inicial mayúscula y subrayada o en letra cursiva. Por ejemplo, de la Familia Córvidos, el cuervo y la corneja pertenecen al género Corvus, y la urraca al género Pica.

Finalmente tenemos los grupos de menor nivel, los únicos de los que podemos estar seguros que son naturales y no dependientes de las ideas de los científicos, las Especies.

Una especie está constituida por todos los individuos que pueden cruzarse entre sí, dando descendencia fértil. Así, los cuervos y las cornejas, aunque tal vez puedan cruzarse entre sí, no dan híbridos fértiles: son dos especies distintas.

Las especies se nombran con dos palabras en latín o latinizadas; la primera corresponde al género y la segunda, en minúscula y también en letra cursiva corresponde a la especie. (La primera palabra es, como si dijéramos, el apellido; la segunda, el nombre de pila). Siguiendo con los cuervos y las cornejas, los primeros pertenecen a la especie Corvus corax y las segundas son Corvus corone.

Con esto, creo que es suficiente para seguir lo que viene a continuación:

Las rapaces diurnas

Estos pájaros pertenecen a dos órdenes, los más antiguos representados en nuestra tierra. Son, por orden de antigüedad: las Accipitriformes y las Falconiformes.

Las primeras son los buitres –carroñeros, con gran superficie alar y de gran envergadura- , las águilas – de pico y garras poderosas y gran superficie alar- y los gavilanes –medianos, con alas redondeadas y cola larga-. Todos tienen, como carnívoros, el pico ganchudo y fuerte.

El primero y más abundante, es el buitre común o buitre leonado (Gyps fulvus), que alcanza los 96-104 cm. Su silueta de vuelo es la siguiente: alas anchas y rectas, cola corta y cuadrada, cabeza pequeña y retraída. Presenta dos tonos en vuelo: plumaje color arena, remeras y cola negras. En la cabeza y en el cuello tiene un plumón blanco, con una gorguera blanco-cremosa que se ve cuando está en el suelo.

Su hábitat son lugares rocosos y montañosos. Debido a la actual falta de grandes herbívoros salvajes, está muy ligado a la ganadería extensiva.

Es gregario y se reúne en los cantiles por la noche, pasando la mayor parte del día remontándose a grandes alturas en busca de carroña. Cuando vuelan así se reparten el espacio a vigilar, al tiempo que se vigilan unos a otros; de manera que cuando desciende uno porque ha encontrado algún cadáver, en seguida le siguen otro, y otro, y otro, juntándose por decenas junto al cadáver que vio el primero. De esta forma, pronto aparecen muchos buitres donde antes sólo se veían unos pocos. No comen todos a la vez, puesto que se establece una jerarquía entre ellos, comiendo primero los dominantes.

Su puesta tiene lugar a finales de diciembre y principios de enero. Ponen un solo huevo blanco con algunas manchas rojas, en un nido pobre de ramitas, hierba y deshechos, situado en una cueva, en una grieta entre rocas o en la cornisa de un cantil (como hacen en la peña que hay frente a Pitarque, donde hay una colonia de buitres).

Este pájaro juega en la naturaleza el papel del basurero que hace desaparecer con rapidez focos de posibles infecciones. Hacia los años setenta había descendido muchísimo su población, por la mecanización del campo y porque se abandonaban pocas reses muertas. Desde los ochenta está protegido y los pastores -que son menos pero con muchas más ovejas por hatajo, aunque el total sea menor- dejan más reses muertas en el campo, ya que hay menos necesidad que antes y además no podrían aprovecharlas todas. De manera que vuelve a haber muchos buitres.

El gavilán (Accípitre nisus) mide de 28 a 38 cm., según sea macho o hembra. El macho es gris pizarra oscuro por arriba, con densas franjas pardo-rojas por debajo, mejillas rojizas y mancha pálida en la nuca. También tiene franjas negruzcas en la cola gris. La hembra pardogris por arriba, con una lista ocular larga y pálida. Es blanca por debajo, con densas franjas pardo-oscuras. Ambos, hembra y macho, tienen la cola larga y las alas redondeadas y cortas.

Habita en bosques claros, prefiriendo los de coníferas. También en tierras cultivables con pequeños bosques dispersos y plantaciones.

Se alimenta de aves pequeñas que persigue con gran agilidad. Se posa sin darse a ver en un árbol del bosque, lanzándose tras las presas; o caza en terrenos abiertos, volando bajo sobre el suelo, saliendo de setos y paredes atacando a la presa y cogiéndola en un brinco rápido.

Construye cada año un nido liso de ramitas, revestido con corteza, hojas marchitas,...generalmente a bastante altura en un árbol. Pone de tres a siete huevos blancos azulados y variablemente manchados de pardo oscuro, desde finales de mayo y hasta en junio.

Es, pues, de puesta tardía, por lo que aprovecha para alimentar a sus pollos con pájaros muy jóvenes, abundantes en ese momento. Es fácil verlo en verano por los parajes de La Capellanía.

El ratonero común (Buteo buteo), de 50-56 cm., es un aguilucho de cola y alas anchas y redondeadas, y cuello corto y ancho. Es pardo oscuro con moteado blanco muy variable en las partes inferiores –tan variable que hace muy difícil su identificación por comparación con otros aguiluchos-. Tiene las infracoberteras alares pardas, mancha carpal –en la muñeca- negra en contraste con las secundarias, más pálidas, y la mancha blancuzca de la base de las primarias. El lado inferior de la cola es gris con franjeado clarooscuro y banda terminal oscura. Su amplia variedad de plumajes dificulta la identificación. Es ave de bosque claros, zonas cultivadas o prados con bosques dispersos.

Hace un nido voluminoso de ramitas revestido de ramitas con hojas verdes, hierba, musgo y vegetación fresca, normalmente en un árbol y a veces en un cantil. Pone de dos a cuatro huevos blancos variablemente marcados de pardo o rojo. Su época de cría es variable, según la zona, pero suele ser a partir de mediados de marzo.

Se alimenta, sobre todo, de pequeños mamíferos y de insectos grandes. Es bastante “gandul”, no persigue las presas al vuelo, prefiere esperar inmóvil y bien visible y cogerlas por sorpresa. Las Falconiformes son rapaces medianas o pequeñas, cuyo pico, a diferencia del de las Accipittriformes, tiene una muesca a cada lado, quedando la punta como un diente con el que desgarran la presa. Vamos a presentar: el cernícalo vulgar y el halcón.

El cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) mide 34 cm. y se cierne frecuentemente, de ahí su nombre español. El macho tiene la cabeza gris y una bigotera negra, obispillo –parte del dorso junto a la cola- y cola grises, con una banda subterminal negra y ápice pálido. Sus partes superiores son castañas con manchas negras. Las inferiores, ante con manchas y listas negras.

La hembra tiene la cabeza parda, las partes superiores castañas y la cola franjeada de negro. El joven es parecido a la hembra.

Su hábitat son brezales, campos claros, costas rocosas, bosques claros y a menudo ciudades. Su época de cría es muy variable. La mayoría pone los huevos en mayo, en una oquedad desnuda de una cornisa rocosa, cantil o edificio, poniendo de cuatro a seis huevos blancos o amarillentos intensamente marcados de pardo rojo.

Se alimenta, según áreas o estaciones, de micromamíferos - ratones, topillos,...-, de pequeños pájaros o de insectos.

Cuando caza en días de viento, se coloca en su dirección y mantiene su posición con ligeros movimientos de cola y alas. Cuando no hace viento se cierne batiendo las alas con rapidez. Se le puede ver haciendo esto en Tarrascón o al final del "Prao” de las Vacas.

El alcotán (Falco subbuteo) es un ave grácil, de alas largas y cola relativamente corta que le da en vuelo un aspecto de vencejo grande. Mide 30-35 cm. El adulto es de color pizarra parduzco oscuro por arriba, con garganta y mejillas blancas, bigotera negra y puntiaguda; pecho y vientre blancos intensamente marcados con listas negras. Tiene los muslos y las infracoberteras de la cola rojizos. Los jóvenes son más oscuros y pardos por arriba, ante rosado por debajo, incluyendo muslos e infracoberteras caudales con intensas listas oscuras.

Habitan en terrenos claros con pequeños bosques dispersos y arboledas. Es un visitante estival que inverna en sabanas arboladas y terrenos arbustivos de África. Empieza a verse a finales de marzo y va llegando hasta junio. La vuelta a África es desde finales de agosto hasta mediados de octubre.

No hace nido, sino que aprovecha el de una corneja o una urraca, por lo que su distribución depende de la disponibilidad de nidos córvidos abandonados pero en buen estado. Pone dos o tres huevos pardo-amarillentos intensamente manchados de pardo-rojo.

En la exhibición de cortejo, la pareja efectúa movimientos acrobáticos espectaculares, remontándose, cerniéndose, volando cabeza abajo, haciendo rizos y frecuentemente pasando el macho alimento a la hembra después de caídas y picados súbitos.

Aquí se alimenta principalmente de pájaros pequeños, murciélagos y algunos pequeños mamíferos; pero en África caza langostas y termitas voladoras. Vuela con rapidez y habilidad, capturando vencejos en vuelo y atrapando diestramente insectos voladores en el aire, a menudo en la oscuridad. Sus horas de actividad son las primeras de la mañana y las últimas de la tarde, pero lo he visto una vez volando a bastante altura sobre las diez o las once de la mañana en el Cuarto Pelado.

Las aves de caza

Pertenecen a dos órdenes distintos que no tienen nada que ver evolutivamente hablando, pero da la casualidad de que los órdenes intermedios, casi todos de aves acuáticas, no se presentan aquí. Y da la casualidad de que los dos órdenes incluyen aves de caza, de modo que las he podido agrupar sin violar la clasificación científica.

El primer orden son las Galliformes. No describo sus características comunes, porque las he dado al principio en un ejemplo. En nuestra tierra hay dos aves pertenecientes a este orden: la perdiz común y la codorniz.

La perdiz común (Alectoria rufa) mide 34 cm. y tiene las partes superiores pardas, la cola rojiza, la garganta blanca con un ribete ensanchado y transformado en listas oscuras sobre el pecho, y una lista blanca sobre el ojo. Su pecho es gris y tiene los flancos franjeados de negro, blanco, gris y castaño. El vientre es ante fuerte, y el pico y las patas rojas. Tiene un canto característico que muchos de nuestros mayores saben imitar con la boca y las manos.

Habita en terrenos claros, secos, pedregosos, arenosos o arbustivos, tierras cultivadas, baldíos,...Prefiere correr antes que escapar volando, puesto que dada su rechonchas, el vuelo le supone un gasto muy grande de energía. Cuando se siente herida, vuela hasta caer muerta o se remonta si le han tocado en la cabeza; tocada del ala, corre y se esconde de forma que a menudo el cazador la pierde.

En época de cría es territorial. Pone de diez a dieciséis huevos amarillentos pálidos, con manchas amarillo-rojizas o grises, en una excavación superficial finamente revestida de hojas o hierba, resguardada por un arbusto o por vegetación del suelo. Los pollos nacen a principios de junio y se van en seguida del nido (nidífugos). En julio y agosto se ven los grupos familiares, que algunas rapaces depredan fuertemente. La hembra vigila y cuida la pollada con el celo de una clueca, la lleva donde hay comida, la cubre con las alas si llueve y se expone mucho para salvarla.

En otoño-invierno es gregaria. Empieza a emparejarse y separarse del grupo al final del invierno. Es un ave que, como sabéis, si se coge de pequeña vive bien enjaulada, siendo usada así como reclamo.

La codorniz (Coturnix coturnix) es la única Galliforme migratoria, de modo que aquí en nuestra tierra sólo es estival. Este pájaro es muy pequeño comparado con las otras Galliformes (18 cm.) y puede confundirse con perdices jóvenes que ya vuelan. Tiene un color arenoso, con moteado negro y líneas pálidas en las partes superiores. El pecho y los flancos son de color ante, éstos con listas oscuras, y tiene listas pálidas en la cabeza. La garganta es negra y blanca en el macho y ante liso en la hembra. Canta continuamente, pudiéndosela oír, en verano, en todos los bancales de cereal. Pero es difícil de ver, porque es retraída y por su color que se confunde con el terreno.

Su hábitat son las praderas, estepas, pastizales escabrosos y los campos de cultivo. Es muy difícil hacerla emprender vuelo, por los mismos motivos que la perdiz.

La puesta es en mayo y junio, poniendo de siete a doce huevos amarillos pálidos con destacadas manchas pardas, en una excavación somera, con delgado revestimiento de hierba y resguardada por la vegetación.

La mecanización del cultivo de cereales ha perjudicado a esta especie porque le destruye sus nidos (no es el caso de nuestra zona, donde la siega es tardía). Los cazadores lo solucionan soltando codornices criadas en granjas, las cuales también abastecen los supermercados. Pero no puede ser lo mismo, ¿verdad?

Y para acabar esta entrega, otras dos aves de caza: paloma zurita y la paloma torcaz.

La paloma zurita (Columba oenas, “palometa”) es del tamaño de la paloma doméstica o paloma bravía (33 cm.) Su color general es gris azulado, con el pecho vinoso y una mancha iridiscente verde en el cuello. En el vuelo presenta una faja gris pálida a través de las coberteras alares.

Su hábitat son cantiles y toda clase de terrenos boscosos. En invierno, masadas y áreas abiertas. Se alimenta de granos, gusanos y caracoles. Es gregaria y a veces nidifica socialmente en grupos pequeños. A veces, en invierno, se encuentra en bandadas mixtas con palomas torcaces.

Hace un nido revestido con ramitas y raíces en la cavidad de un árbol, o menos a menudo, en la oquedad de un cantil o edificio, o en la madriguera de un conejo. Pone dos huevos blancos.

La paloma torcaz (Columbus palumbus, “turcazo”) mide 40 cm. siendo la mayor paloma de Europa. Es gris azulada, con el pecho vinoso y una banda oscura en la cola. Tiene una mancha blanca en el cuello y una banda blanca muy visible a través de las alas. Los jóvenes no tienen la mancha blanca del cuello. Cuando levanta el vuelo, se eleva explosivamente con ruido de alas. Por cierto que si salen de un árbol al acercarse alguien, tienen la precaución de hacerlo por el lado contrario.

Habita en toda clase de terrenos boscosos, y se alimenta principalmente en campos y áreas abiertas. Abundante y ampliamente extendida, se ha adaptado con facilidad al ser humano, penetrando en ciudades y jardines y prosperando en tierras agrícolas, donde llega a constituir una plaga. Come toda clase de semillas, especialmente de gramíneas (plantas con espiga) en verano.

En invierno ya hace paradas nupciales, criando a finales de marzo y especialmente en abril. Los primeros pollos vuelan en abril. A partir de marzo es la máxima concentración de nidificadores. Hace el nido en ramas laterales de árboles, a veces en rocas o edificios. Se trata de una plataforma delgada de ramitas donde pone, como la paloma zurita, también dos huevos blancos.